NOROÑA CON CUSTODIA DE LA FGR: LA DOBLE MORAL DE
UN MORENISTA QUE SE VICTIMIZA
Ciudad de México, 6 de septiembre de 2025.– El espectáculo
político en el Senado sigue dando de qué hablar. Ahora, el protagonista es el
senador morenista Gerardo Fernández Noroña, quien tras la trifulca del pasado
27 de agosto con legisladores priistas, presume en redes sociales que la Fiscalía
General de la República (FGR) le asignó custodia.
El polémico legislador asegura que el resguardo de la Guardia
Nacional, visto afuera de su propiedad en Tepoztlán, Morelos, no es para
proteger esa casa, la misma que los comuneros de la zona han rechazado por
considerarla un acto de despojo. Según Noroña, se trata de una medida legal
debido a las “agresiones” que sufrió de parte de Alejandro Moreno y otros
senadores del PRI.
Sin embargo, la versión oficial contrasta con la percepción
ciudadana: ¿en serio una riña legislativa justifica que escoltas de la Guardia
Nacional sean destinados a proteger a un senador? La respuesta de “Alito”
Moreno fue lapidaria:
“Ya regresa esos escoltas que le cuestan a todos los
mexicanos, porque ni los pagas tú. ¡Eres un cínico, un mentiroso y un corrupto!
Devuélvelos para que cuiden a la gente, no a ti… que eres un cobarde y un vil
chillón”.
Mientras tanto, el morenista anunció que la FGR realizará una
reconstrucción de los hechos en la vieja casona de Xicoténcatl como parte de la
denuncia que interpuso contra los priistas Alejandro Moreno, Pablo Angulo,
Manuel Añorve, Rubén Moreira, Erubiel Alonso y Carlos Gutiérrez Mancilla. Todo
un despliegue judicial por lo que, en la práctica, fue un pleito a gritos y
empujones.
La contradicción es evidente: la misma Rosa Icela Rodríguez,
titular de Segob, había aclarado días antes que Alejandro Moreno no cumplía con
los requisitos para acceder a medidas de protección porque “no es periodista ni
defensor de derechos humanos”. Pero cuando se trató de un senador de Morena, el
criterio cambió mágicamente.
Este episodio exhibe la doble moral de la 4T: medidas de
seguridad de Estado para proteger a sus incondicionales, mientras miles de ciudadanos
viven bajo el asedio del crimen sin recibir un solo guardia. Noroña, el eterno
agitador que se ufanaba de ser del pueblo, hoy disfruta de privilegios que
contradicen todo lo que predicó en sus arengas.
En el fondo, lo que queda claro es que en México los recursos
públicos se usan al servicio de la clase política, no de la ciudadanía, y que
Morena se ha especializado en victimizar a sus dirigentes para justificar
abusos que jamás toleraría en la oposición.
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