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martes, 16 de septiembre de 2025

CHOQUE DE TRENES DESTAPA PUGNAS Y SEÑALAMIENTOS

 DE COMPLICIDAD CRIMINAL

 

Por EXPEDIENTE SECRETO

 



TOLUCA, MÉX., A 16 DE SEPTIEMBRE DE 2025.– El choque de trenes al interior de la Secretaría de Seguridad del Estado de México (SSEM) atraviesa por uno de sus episodios más tensos luego del enfrentamiento entre el titular de la dependencia, teniente coronel Cristóbal Castañeda Camarillo y el comandante René Terrón Escobar, quien hasta el pasado 14 se desempeñaba como director de Investigación, dependiente de la Dirección General de Información  (DGI).

 

El choque ocurrió después del pasado 10 de septiembre cuando fue detenido en Ecatepec Alejandro «N», alias «El Choko», líder del grupo criminal «La Chokiza».

 

La captura del peligroso criminal desató una ola de versiones en redes sociales sobre la supuesta protección brindada al peligroso hampón por mandos de Inteligencia de la policía estatal, lo que habría provocado la reacción inmediata del Secretario de Seguridad contra Terrón.

 

De acuerdo con fuentes consultadas, el pasado domingo 14, Castañeda encaró directamente a Terrón para reclamarle sobre el caso, sin embargo, la discusión escaló a niveles insólitos.

 

Terrón, con firmeza, negó cualquier vínculo con el líder criminal y, en un gesto de abierta confrontación escupió en el rostro del secretario al recalcarle que él nada tenía que ver con criminales, pero, además, le aseguró que «él -Castañeda-, ya sabía quién recogía la gata», en alusión al dinero derivado de presuntas complicidades. En ese mismo momento, Terrón presentó su renuncia.

 

Aunque Castañeda se negó a aceptarla bajo el argumento de que debía concluir la investigación interna, Terrón insistió en que a partir de ese momento dejaría el cargo, y advirtió que estaría disponible «para cualquier aclaración».

 

Trascendió en la SSEM que el mismo lunes 15, por la mañana, acudió Terrón a retirar sus pertenencias de la oficina en Lerma, sede de la DGI.

 

El episodio también abrió la Caja de Pandora en la SSEM. En el ojo público aparecen ahora otros nombres, como el de Víctor Antonio Cisneros Díaz, actual Director General de Información (DGI), quien mantiene estrechos vínculos de amistad con Castañeda Camarillo desde su paso por Sinaloa.

 

Asimismo, hay voces que exigen indagar a la propia Dirección General de Información, así como a las Subdirecciones de Investigación de Toluca, Valle de México, Oriente y, principalmente, de Ecatepec, considerada ésta última como uno de los espacios más contaminados por prácticas de cobro de rentas en puntos de narcomenudeo y protección a delincuentes.

 

Pese a las versiones encontradas, quienes conocen de años al comandante Terrón afirman que éste perdió el piso por un lapso de tiempo en su paso por la Subdirección de Investigaciones.

 

Sin embargo, al citado jefe policiaco muchos lo defienden como un policía de carrera, con trayectoria en dependencias estatales y federales, además de una estabilidad económica que lo blindaría contra tentaciones de corrupción.

 

Prueba de ello, recuerdan, es que fue escolta personal de la hoy gobernadora Delfina Gómez Álvarez durante su paso por la Secretaría de Educación Pública, y de que fue ella quien lo recomendó para integrarse a la SSEM en la gestión del maestro Andrés Andrade Téllez.

 

Hoy la SSEM se encuentra en el ojo del huracán. La Dirección General de Investigaciones de la DGI ha quedado exhibida como un espacio donde la corrupción, las complicidades y las traiciones se entrelazan con la delincuencia organizada. Y la responsabilidad recae directamente en el titular de la dependencia, Cristóbal Castañeda Camarillo.

 

Si el Secretario de Seguridad no actúa con firmeza, no limpia de raíz a la corporación y no entrega resultados inmediatos, su gestión se convertirá en un fracaso anunciado.

 

El Estado de México no puede darse el lujo de contar con un secretario que simule, que encubra o que cierre los ojos frente al cáncer de la corrupción policiaca.

 

La ciudadanía exige acciones, no discursos; resultados, no pretextos. La eficacia de Cristóbal Castañeda está en entredicho y este caso lo pondrá contra la pared: o responde a la sociedad con hechos, o quedará marcado como otro funcionario más que fue devorado por las mafias internas y la podredumbre de la institución que juró sanear.

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