LOS MALABARES DE LA PRESIDENTA
Por: Salvador García Soto
A 10 días de cumplir su primer año de gobierno, la presidenta
Claudia Sheinbaum se debate entre el imperativo de investigar y sancionar
la escandalosa corrupción que le heredó su antecesor (más por presiones
directas de Estados Unidos que por decisión propia) y la lealtad
política que le sigue guardando al expresidente López Obrador, quién
además también la presiona desde su retiro en Palenque.
Mientras la mandataria intenta desesperadamente defender la “integridad”
de quien ha sido su mentor político y sostiene que él nunca se enteró de las redes
de corrupción que operaban desde su gabinete -con oficiales de la Secretaría
de Marina importando huachicol fiscal- o afirma que fue Andrés Manuel
quien solicitó la remoción de Hernán Bermúdez Requena en cuanto se enteró de
sus vínculos con el narcotráfico, las evidencias cada vez más
contundentes, los testimonios del excolaboradores del gobierno
lopezobradorista y hasta el mismo sentido común, confirman que el
expresidente tuvo información de lo que pasaba en la Semar y en su
natal Tabasco, pero nunca ordenó investigar, ni mucho menos castigar a los
marinos huachicoleros ni al líder del grupo criminal “La Barredora”.
Y en su afán por proteger y cuidar a su antecesor -quizás
porque también sabe que de no hacerlo y exponerlo le provocaría problemas
fuertes al interior de su gobierno y su movimiento, controlados todavía a la
distancia por López Obrador- la doctora Sheinbaum miente e incurre en
imprecisiones y verdades a medias, con tal de deslindar y exonerar, indebida y
anticipadamente, al expresidente de la burda corrupción de su sexenio
que está aflorando en forma de escándalos e investigaciones
ordenadas por su propio gobierno, a petición de la administración de Donald
Trump.
Por ejemplo, ayer la Presidenta dijo en su mañanera que fue el
propio López Obrador quien solicitó la remoción de Bermúdez Requena desde
diciembre de 2023, cuando se enteraron en el gabinete de seguridad
federal de los nexos criminales del secretario de Seguridad de Tabasco. Y
afirma que, tras la petición del Presidente, el gobernador tabasqueño, Carlos
Merino, retiró del cargo al líder de La Barredora.
La Presidenta no solo ignora o pretende desconocer los
reportes de inteligencia de la Secretaría de la Defensa, que desde el
2019 señalaron los vínculos delincuenciales de Hernán Bermúdez, y que
fueron publicados en los medios a partir de la filtración a la que tuvo acceso
la plataforma de Guacamaya Leaks, y según su versión, el presidente tardó
cuatro años en enterarse de lo que estaba pasando en su estado, donde
controlaban al crimen organizado desde el gobierno estatal, a pesar
de que la situación de inseguridad y violencia que padecían
los tabasqueños era noticia diaria con masacres, balaceras, robo de
combustibles, extorsiones y el crecimiento del tráfico de drogas en
la entidad.
Si ya eso pone en duda los dichos de la Presidenta, anoche
la revista Proceso publicó un video que desmiente también su
afirmación de que a Hernán Bermúdez lo corrió el gobernador Merino tras la
instrucción presidencial, en enero de 2025. En el video se observa al entonces
secretario de Gobierno de Tabasco, Antonio de la Vega, sentado en una mesa
con el líder de La Barredora a un lado y un comandante de la policía estatal al
otro lado, mientras anuncia que Bermúdez Requena presentó su renuncia al cargo
de secretario de Seguridad del Estado y lo despide con reconocimientos y agradecimientos
a su trabajo.
“El día de hoy ha presentado su renuncia el señor Hernán
Bermúdez Requena al cargo de secretario de Seguridad y Protección Ciudadana del
gobierno de Tabasco, que venía desempeñando desde el 8 de diciembre de 2019. Y
por instrucciones del señor gobernador, capitán Carlos Manuel Merino
Campos, se ha designado al maestro José Carmen Castillo Ramírez, comisionado de
la Policía Estatal, como encargado de despacho de la Secretaría de Seguridad.
Agradecemos, a nombre del gobierno de Tabasco, al licenciado Hernán
Bermúdez Requena su gestión al frente de la Seceretaría en estos años y le
deseamos todos los éxitos”. ¿Esa es una remoción ordenada desde la Presidencia
de la República ante el conocimiento de que Bermúdez era el líder criminal de La
Barredora? Si se supone, como afirma la Presidenta, que lo estaban investigando
y que en el gabinete de seguridad ya sabían del perfil criminal de Requena,
¿todavía le permitieron renunciar y lo despiden casi con honores y como si
fuera un héroe?
Está claro que la Presidenta hace malabares y trata de
acomodar las cosas, las fechas y los hechos, con tal de cuidar y proteger la
imagen de su antecesor a toda costa, aun a riesgo de aparecer ella como
mentirosa o ignorante. Lo mismo hizo la doctora cuando le preguntaron desde
cuándo venía la mafia de la Secretaría de Marina que permitía la
importación de huachicol por las aduanas marítimas y contrabando ilegal de
otras sustancias, diciendo que no se sabía con exactitud, a pesar de que ella
misma conoció los reportes que le entregó su actual titular de la Agencia
Nacional de Aduanas, Rafael Marín Mollinedo, donde se documentaba la
corrupción de los marinos desde el 2023.
“Ahora han dicho mucho que si el presidente López Obrador,
que si sus hijos, bueno hasta sus hijos ahora otra vez los quieren meter. Esto
sucedió en marzo. ¿Qué tan atrás venía? No lo sabemos. Lo que sí podemos decir
es que el presidente López Obrador es un hombre íntegro. Eso lo sabe el pueblo
de México. Y que toda esta crítica que están haciendo y demás, se cae por su
propio peso”, dijo la Presidenta sin que nadie le preguntara si el expresidente
estaba o no involucrado.
Otro caso que ejemplifica los apuros de la Presidenta por
encubrir a su antecesor y a sus colaboradores, es el caso de Adán Augusto
López, líder morenista en el Senado. Aunque ha dicho que se va a investigar a
fondo y que si se encuentran elementos se castigará a quién sea y “tope donde
tope”, en el caso del exsecretario de Seguridad de Tabasco, la Presidenta
insistió, todavía ayer, que “no hay nada” en contra del senador tabasqueño,
aunque también reiteró que la Fiscalía General de la República tiene que
investigar. “Si la Fiscalía nos dice o establece que hay algún cargo contra el
senador, entonces ya sería distinto, hasta ahora no hay nada que haya dicho la
fiscalía”.
Incluso, la doctora descalificó los dichos de un testigo
colaborador que aparece en la carpeta de investigación que abrió la FGR en
contra de Bermúdez Requena, identificado como CTDR y aun cuando ayer EL
UNIVERSAL publicó extractos de dicha carpeta, con el número
FqED/FEMDO/FEITATA-JAL/0000224/2025, la mandataria puso en duda que exista esa
declaración, y dijo que primero la Fiscalía tiene que comprobar que sus
declaraciones son ciertas. “La Fiscalía tiene en todo caso que informar si esto
que sale el día de hoy de este testigo es cierto, no es cierto, si sí es cierto
y si es suficiente para llamar a declarar al senador, pero hasta ahora no hay
nada en donde nosotros podamos decir que eso es cierto. No hay nada en este
momento que lo incrimine (a Adán Augusto)”, sostuvo la Presidenta.
Así es que, mientras aflora cada vez más la corrupción desbordada
que proliferó en el sexenio lopezobradorista, la Presidenta se enfrenta al
dilema de cumplir con su responsabilidad e investigar varios de estos casos por
exigencia de los Estados Unidos, pero mientras lo hace y dosifican y acomodan
las investigaciones para no dañar a su movimiento político, la doctora
Sheinbaum se ha vuelto una experta malabarista que como dice una cosa dice
otra, siempre tratando de cuidar al bien mayor que para ella no parece ser ni
la justicia, ni la verdad ni el castigo a la corrupción sin distingos
que le exigen los mexicanos, sino cuidar en todo momento y en cada frase, de
cada mañana, a su mentor político y a todos los que, desde Palenque, los sigue
protegiendo López Obrador.
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