EL ENEMIGO DE AMLO, EN MÉXICO
Por: Héctor De Mauleón
El enemigo de Andrés Manuel López Obrador, Marco
Rubio, secretario del Departamento de Estado de los Estados
Unidos, encargado de las relaciones exteriores de ese país y crítico
feroz de las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua, llegó
anoche a México para fijar los términos de un nuevo acuerdo de
seguridad con el gobierno de Claudia Sheinbaum.
Lo hizo horas después de que el ejército estadounidense llevara
a cabo “un ataque letal” que dejó 11 muertos en aguas internacionales del Caribe,
y que fue lanzado contra un barco que, según se informó, había partido de
Venezuela “transportando narcóticos ilegales con destino a Estados Unidos”.
Rubio dijo después del ataque, y antes de partir rumbo a
México, que su gobierno emplearía “todo el poder de América para enfrentar y
erradicar” a los cárteles de la droga. Fue el preámbulo de la reunión que
hoy sostendrá con Sheinbaum, en un contexto inédito de tensiones
diplomáticas.
Desde sus tiempos como senador, Rubio acusó a López
Obrador de haber entregado el territorio mexicano al crimen
organizado. Insistió que el asunto de los cárteles debía ser una prioridad
de seguridad nacional de los Estados Unidos. Acusó a AMLO de
haber recibido dinero del crimen organizado durante sus campañas
presidenciales y de apoyar “tiranos en Nicaragua, Venezuela y Cuba”.
Cuando en 2022 López Obrador no asistió a la Cumbre de
las Américas porque estos tres últimos países no habían sido invitados,
Rubio se jactó: “Me alegra ver que el presidente mexicano, que ha entregado
secciones de su país a los cárteles de la droga y es un apologista de la
tiranía en Cuba, de un dictador asesino en Nicaragua y de un narcotraficante en
Venezuela, no estará en Estados Unidos”, dijo.
López Obrador le respondió que si tenía pruebas de que había sido
financiado por el narco, las presentara. No sospechó tal vez que Rubio iba a
convertirse en uno de los funcionarios más poderosos del gabinete de Trump.
Desde su llegada al cargo, el secretario ha concentrado información sobre al
avance de los cárteles y su colusión con el gobierno mexicano. De ahí proviene
la versión de la existencia de una “lista de Marco Rubio”, de la que podría
haber noticia en estos días, y que incluye a políticos y empresarios vinculados
con el narco.
Rubio fue el artífice de la designación de los cárteles de la
droga como organizaciones terroristas extranjeras, lo que le dio a su gobierno
el andamiaje legal para llevar a cabo acciones intervencionistas con
el uso de la fuerza militar. Bajo esa designación quedaron el Cártel de
Sinaloa, al que el secretario tiene en la mira como principal introductor
de fentanilo, y cinco grupos criminales más.
Rubio ha dicho que los cárteles tienen el control operativo de
enormes franjas de la frontera. Ha dicho que “lamentablemente sabemos que una
gran parte del territorio mexicano está controlado por los cárteles”. Se ha
referido al “nivel muy peligroso de corrupción en el sistema judicial”. Ha
dicho que la expulsión de narcos durante el gobierno de Sheinbaum no es
suficiente.
Ha dicho que en varias regiones de México los cárteles no solo
son más poderosos que el gobierno: ha dicho que en algunos lugares de México,
ellos son el gobierno.
Rubio realizó ya en dos ocasiones giras por América Latina.
Dejó para su tercera salida la visita a México. Las casualidades difícilmente
existen: lleva a cabo esta visita una vez que el narcotraficante más antiguo y
poderoso de México, El Mayo Zambada, ha logrado un acuerdo con su
gobierno. Llega con la información que Ovidio Guzmán y Joaquín
Guzmán López han entregado en Estados Unidos en busca de beneficios. Llega
con el disco duro del narcotráfico en México y con un portafolios tremendamente
abultado.
Con la operación de barcos de guerra en zonas cercanas a la
frontera con México. Con la presencia de aviones espías sobrevolando
territorio mexicano. Con la versión, desmentida por el gobierno de Sheinbaum,
de que se ha puesto en marcha en la frontera una “Operación Portero” llevada a
cabo por la DEA. Con el ofrecimiento de Trump de “ayudar”, mediante
el uso de su ejército, a la destrucción de los cárteles.
Pero llega sobre todo después de haber construido un caso
contra el gobierno que permitió el paso de fentanilo a los Estados Unidos, y al
que se hace responsable de la muerte de 70 mil estadounidenses cada año: un
promedio de 96 día tras día.
Rubio ha acusado públicamente a López Obrador de haber
permitido y facilitado todo eso a través de su política de “abrazos no balazos”
y a través de acuerdos llevados a cabo con el narco.
Ayer llegó al AIFA bajo una tormenta. Tal vez se irá dejando
otra tras de sí.
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