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jueves, 13 de noviembre de 2025

TLALNEPANTLA: CRIMEN, ABUSO DE PODER Y CERCO

 CONTRA LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

 

* Violencia imparable y autoridades que prefieren callar a la prensa

 

Por: EXPEDIENTE SECRETO

 



TLALNEPANTLA, Estado de México, 13 de noviembre de 2025.— La ejecución del oficial de la Policía de Investigación (PDI) de la Ciudad de México, Andrés Estrada Quintana, no solo exhibe la espiral de violencia que corroe a la región; también dejó al descubierto, una vez más, la intolerancia de las autoridades hacia el trabajo periodístico y el constante atentado contra la libertad de expresión.

 

Andrés Estrada fue asesinado la tarde de este miércoles en la colonia San Miguel Chalma, apenas cinco meses después del homicidio de su primo en el mismo punto. Cerca de la una de la tarde, el agente salió de su domicilio para atender una llamada. Sobre la calle Jesús Arriaga, dos sujetos en una motocicleta verde se le acercaron; uno de ellos le disparó al menos tres veces. Intentó huir, alcanzó a llegar hacia la calle Josefa Ortiz de Domínguez, pero en la esquina con Lázaro Cárdenas, frente a una farmacia, los sicarios lo remataron.

 

Los vecinos recordaron que, el 19 de junio de este año, en ese mismo lugar fue asesinado el primo del oficial, atacado con al menos diez disparos cuando iba acompañado de su esposa. Aunque ella sobrevivió, él murió en el lugar. Habitantes de la zona afirmaron que ambos estaban ligados al robo de vehículos y que incluso Andrés había sido detenido en diciembre del año pasado, pero liberado meses después, retomando su actividad delictiva.

 

Sin embargo, lo que más indignó a los habitantes y reporteros fue la reacción de las autoridades municipales: un operativo desmedido de policías que cercaron varias calles para impedir la documentación periodística del crimen. Durante más de cinco horas, la zona estuvo blindada bajo el pretexto de preservar la escena, pero en los hechos se convirtió en un bloqueo directo a la labor informativa.

 

Mientras la violencia se repite con precisión quirúrgica, las autoridades continúan optando por el camino fácil: ocultar, intimidar, silenciar. En Tlalnepantla quedó claro que el riesgo no solo viene de los criminales, sino también de un aparato gubernamental que parece dispuesto a restringir el derecho de la ciudadanía a estar informada cada vez que la realidad le resulta incómoda.

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