CHIMALHUACÁN VIVE ATERRORIZADO ENTRE CRIMEN Y ABANDONO MIENTRAS XÓCHITL FLORES INTENTA OCULTARLO CON DESPENSAS
Por: EXPEDIENTE SECRETO
CHIMALHUACÁN, Estado de México, 25 de noviembre de 2025.- Mientras
el gobierno municipal presume la entrega de despensas como si fuese sinónimo de
transformación social, la realidad que se vive en Chimalhuacán es profundamente
dolorosa y alarmante. Detrás de actos asistencialistas que apenas representan
un paliativo temporal para algunas familias, miles de habitantes viven sumidos
en el miedo, bajo el dominio de la delincuencia organizada que —según señalan
diversos testimonios y hechos recurrentes— opera con evidente complicidad de
elementos de la corporación de seguridad pública municipal.
En Chimalhuacán, el terror ya forma parte de la vida
cotidiana. Las extorsiones se han convertido en un impuesto criminal, los
levantones y asesinatos son constantes, y quienes se atreven a resistirse al pago
del derecho de piso, especialmente los pequeños comerciantes, terminan viendo
sus negocios incendiados como mensaje ejemplificador. La sensación de
indefensión es total, pues la policía, lejos de brindar protección, es señalada
como parte del problema: corrupta, abusiva y dedicada a robar a la ciudadanía,
en lugar de garantizar su seguridad.
Mientras tanto, la alcaldesa morenista Xóchitl Flores Jiménez
ha demostrado una gestión profundamente deficiente. Cuatro años de gobierno
marcados por el abandono sistemático: escasez de agua, falta de recolección de
basura, calles y avenidas destruidas y olvidadas, escuelas en condiciones de
decadencia, y un entorno urbano que refleja indiferencia y falta total de
visión gubernamental. En lugar de enfrentar la crisis de seguridad o impulsar
una política pública integral que atienda la urgente realidad social, la
estrategia pareciera reducirse a repartir canastas alimentarias para intentar
borrar el abandono institucional.
Como si una despensa pudiera sustituir años de omisiones,
incapacidad y desinterés por atender problemáticas estructurales, la alcaldesa
entrega 12 mil canastas alimentarias asegurando que con ello se fortalece el
bienestar de la población. Sin embargo, los hechos revelan otra verdad:
Chimalhuacán sigue hundido en el rezago, la violencia y la desesperanza,
mientras su gobierno se escuda en eventos mediáticos para ocultar la falta de
resultados reales.
Habitantes como Elena Carrasco o Margarita López pueden
recibir un breve alivio económico con esos apoyos, pero ese respiro no elimina
el miedo de salir a la calle, ni termina con la corrupción policial, ni mejora
el abasto de agua, ni garantiza que los niños acudan a escuelas dignas. Tampoco
evita que comerciantes sean extorsionados o que familias completas vivan con
temor a ser víctimas del próximo hecho violento.
Hoy Chimalhuacán no requiere despensas; requiere seguridad,
servicios públicos dignos, combate real a la corrupción, infraestructura
adecuada y un gobierno comprometido con su gente y no con la propaganda.
Después de cuatro años, lo que la administración de Xóchitl Flores deja es una
marcada distancia entre lo que exhibe en eventos públicos y la cruda realidad
de un municipio que clama por justicia y atención inmediata.
Porque mientras se financia una estrategia asistencialista con
fines evidentemente electorales, el pueblo sigue viviendo bajo el yugo del
abandono, la violencia y la impunidad.

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