"¡CAÍDO DEL PODER! ADÁN AUGUSTO, EL PROTEGIDO DE AMLO,
ACORRALADO POR VÍNCULOS CRIMINALES"
*Adán Augusto: cuando el poder ya no alcanza para blindarse
Ciudad de México. 2 de agosto de 2025.- Lo que parecía impensable
hace apenas un año, hoy es una realidad que estremece al corazón del
lopezobradorismo: Adán Augusto López Hernández, una de las figuras más cercanas
al expresidente López Obrador y operador clave en su sexenio, es ahora el
eslabón más débil del régimen. Y no por una guerra interna en Morena, aunque
también la hay, sino por algo mucho más delicado: la mirada inquisitiva de los
servicios de inteligencia de Estados Unidos.
De acuerdo con el periodista Raymundo Riva Palacio, desde
2021, el exsecretario de Gobernación ha sido objeto de una investigación
silenciosa de la DEA y otras agencias estadounidenses, por presuntos vínculos
con el crimen organizado. El punto de quiebre habría sido un descuido en
Boston, donde agentes clonaron su teléfono y accedieron a información que lo
vincula con personajes investigados por sus nexos con cárteles como el de
Sinaloa, Jalisco Nueva Generación y Los Zetas.
¿Y qué ha hecho el gobierno mexicano ante esta bomba de
tiempo? Nada. Guardar silencio y esperar que pase la tormenta, como si fuera
otro escándalo menor. Pero este no lo es. Adán Augusto no es un funcionario
cualquiera: fue el operador político número uno de AMLO, el encargado de
negociar con gobernadores, empresarios, el INE y hasta con la oposición. Un
“vicepresidente de facto”, como lo llamaron en su momento. Hoy, ese poder no le
sirve de escudo.
La ironía es grotesca: López Obrador, que siempre juró
combatir la corrupción, parece haber incubado un grupo de élite que no solo
acumuló poder, sino también influencias, privilegios y, según las
investigaciones, vínculos oscuros. El llamado “Grupo Tabasco” se convirtió en
una maquinaria de negocios, contratos, notarías, oficinas de auditorías y
factureras al servicio de unos cuantos. ¿Y el pueblo? Bien, gracias.
Lo más grave es que el caso no solo salpica a Adán Augusto,
sino que compromete al círculo más íntimo del expresidente. Los tentáculos de La
Barredora, organización criminal vinculada a su exsecretario de Seguridad en
Tabasco que se extendieron a Chiapas y Veracruz, bajo la complacencia de
gobiernos morenistas. Nada de esto es casual. Nada de esto es fortuito.
Y mientras tanto, en el entorno de Claudia Sheinbaum, algunos
ya insinúan que todo esto es obra de la CIA, como si el espionaje fuera novedad
en un país donde los teléfonos de los periodistas se intervienen con Pegasus.
¿Y si no es la CIA? ¿Y si simplemente estamos viendo el desenlace lógico de un
proyecto político que confundió lealtad con impunidad?
El problema para Adán Augusto es que Estados Unidos no juega a
la política local. Si los indicios son sólidos, la acusación llegará. No hay
mañanera, ni narrativa, ni carta moral que pueda detenerla.
Hoy, el senador se mantiene en silencio, resguardado en un
rincón del Senado. Pero el tiempo corre. Y si algo nos ha enseñado la historia
es que el poder político, por sí solo, no alcanza para borrar las evidencias ni
para detener a la justicia cuando esta cruza fronteras.
Lo peor para Adán, aún no sucede. Y quizá, tampoco para el
obradorismo.
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