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ASESINAN A PADRE DE JOVEN DESAPARECIDO EN IXTAPALUCA: UN CRIMEN ANUNCIADO QUE EL GOBIERNO DEJÓ OCURRIR   Ixtapaluca, Estado de México.- ...

miércoles, 13 de agosto de 2025

ASESINAN A PADRE DE JOVEN DESAPARECIDO EN IXTAPALUCA: UN CRIMEN ANUNCIADO QUE EL GOBIERNO DEJÓ OCURRIR

 



Ixtapaluca, Estado de México.- Lo mataron como se mata a quien incomoda al poder. El padre de Johan Alain, joven de 19 años desaparecido en 2024, fue asesinado a balazos la tarde del pasado lunes 11 de agosto afuera de su domicilio en la Unidad Habitacional San Buenaventura. Su muerte no solo es una tragedia familiar: es la consecuencia directa de un Estado ausente, de autoridades omisas y de una red de intereses políticos y criminales que castiga a quienes se atreven a exigir justicia.

 

El hombre, cuyo nombre resguardamos por seguridad de la familia, se encontraba reparando un vehículo en la cochera de su casa, oficio al que se dedicaba desde hace años, cuando sujetos armados se acercaron y le dispararon a quemarropa. Murió ahí mismo, sin que los cuerpos de emergencia pudieran hacer nada. Los atacantes escaparon sin dificultad, como si la zona no contara con vigilancia, cámaras o patrullajes.

 

La víctima no era un ciudadano cualquiera para las autoridades: llevaba un año denunciando, protestando y presionando para que se investigara la desaparición de su hijo, ocurrida el 3 de septiembre de 2024 en la misma unidad habitacional. Sus movilizaciones que incluyeron bloqueos en la autopista México–Puebla y campañas en redes sociales— exhibieron en repetidas ocasiones la inseguridad que asfixia a Ixtapaluca y la indolencia oficial.

 

Fruto de su insistencia, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México detuvo a cuatro personas: tres conocidos de Johan, presuntamente implicados en su desaparición, y un sujeto que usaba su teléfono celular. Los cuatro están recluidos en el penal de Huitzilzingo, en Chalco. Sin embargo, la familia seguía exigiendo justicia, denunciando públicamente que la Fiscalía de Homicidios en la zona oriente no investiga con rigor, sino que fabrica culpables para proteger a verdaderos criminales que, según testimonios, “llenan los bolsillos de dinero” del Fiscal Regional de Homicidios Guillermo Varela Espinoza.

 

No era un secreto que la familia recibía amenazas. En al menos dos ocasiones, padre y madre advirtieron públicamente que estaban siendo intimidados para que abandonaran la búsqueda. Ninguna autoridad movió un dedo. Ni la Fiscalía, ni el gobierno municipal de Felipe Rafael Arvizu de la Luz, alcalde morenista, ni su jefe de la policía local, Juan Antonio Soberanes, tanto el alcalde, como el jefe policiaco, sabían de las advertencias, pero no ofrecieron protección alguna.

 

La incomodidad del alcalde era evidente: las protestas de la familia se convirtieron en un recordatorio vivo de la violencia desbordada y de su incapacidad para garantizar seguridad. Hoy, mientras Johan sigue desaparecido, su padre ha sido silenciado de la forma más brutal.

 

Este asesinato es un crimen anunciado. Un reflejo de la impunidad que permite que las amenazas contra víctimas y activistas se cumplan sin consecuencias. Un recordatorio de que en el Estado de México la justicia no solo es lenta e ineficaz, sino selectiva y corrupta.

 

Mientras la Fiscalía se jacta de detenciones que la propia familia considera dudosas, los verdaderos responsables —de la desaparición y del asesinato— siguen libres. Y las autoridades locales, estatales y federales permanecen en silencio, como si no fuera su deber proteger a quienes buscan a sus desaparecidos.

 

En Ixtapaluca, la justicia no llega: se entierra.

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