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BRUTAL HOMICIDIO A MANOS DE POLICÍAS DE LA SSC EXHIBE EL  FRACASO DE LA SEGURIDAD EN LA CDMX   Por: Expediente Secreto. Ciudad de México...

miércoles, 20 de agosto de 2025

BRUTAL HOMICIDIO A MANOS DE POLICÍAS DE LA SSC EXHIBE EL

 FRACASO DE LA SEGURIDAD EN LA CDMX

 

Por: Expediente Secreto.




Ciudad de México, 20 de agosto de 2025.– La violencia institucional volvió a cobrar una vida en la capital del país. El homicidio doloso de un joven de apenas 21 años, ocurrido la tarde del 19 de agosto en la colonia Jardín Balbuena, Alcaldía Venustiano Carranza, desnuda una vez más el fracaso de la seguridad pública en la Ciudad de México y la brutalidad con la que actúan los elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC).

 

El hecho ocurrió alrededor de las 15:05 horas, cuando Cristofer “N”, de 21 años, ingresó al Hospital General de Balbuena en estado crítico tras recibir un disparo en la cabeza por parte de un policía uniformado. Fue trasladado en la ambulancia 695 del SAMU, acompañado por su padre, Leoncio “N”, quien relató a los medios lo sucedido: ambos circulaban a bordo de una motocicleta en Avenida Fray Servando Teresa de Mier y Circuito Interior, cuando fueron interceptados por una patrulla del Sector Balbuena.

 

Los oficiales les marcaron el alto y exigieron identificaciones sin dar motivo alguno. Al cuestionar la legalidad de la detención, uno de los policías intentó arrebatarle la mariconera al padre del joven, lo que derivó en un forcejeo. En el que los uniformados fueron superados por la resistencia de los tripulantes de la motocicleta, luego, uno de los uniformados desenfundó su arma de cargo y disparó a quemarropa contra Cristofer, hiriéndolo de muerte. Minutos más tarde, el joven perdió la vida en el área de trauma choque del hospital por la gravedad de la lesión.

 

Policías homicidas, pero también extorsionadores

 

Los responsables de este crimen fueron identificados como Julio “N”, de 42 años, y Luis Arturo “N”, de 38, ambos adscritos al Sector Balbuena. Fueron puestos a disposición del Ministerio Público, pero la ciudadanía teme que, como ocurre en la mayoría de los casos de abuso policial, queden libres por la inacción de las autoridades y la corrupción que protege a estas “lacras uniformadas”.

 

La tragedia deja en evidencia otra práctica sistemática: los policías de seguridad pública realizan detenciones y revisiones a conductores sin tener facultades de tránsito, un esquema que en la práctica se ha convertido en una herramienta de extorsión y abuso cotidiano contra la ciudadanía.

 

Brugada calla, la impunidad avanza

 

Lo más indignante es que, mientras la familia de Cristofer llora la pérdida de un joven con futuro, la jefa de gobierno Clara Brugada Molina guarda un silencio cómplice. La mandataria capitalina no ha ofrecido una sola declaración, no ha exigido justicia ni ha condenado el actuar de los policías asesinos. Con su omisión, Brugada envía un mensaje claro: en su gobierno, la impunidad y el abuso policiaco son tolerados y normalizados.

 

El secretario de Seguridad, Pablo Vázquez Camacho, también ha evadido responsabilidades, como si la vida de un joven no mereciera ni siquiera una explicación pública. La ausencia de ambos funcionarios no solo es cobardía política, sino también un acto criminal de encubrimiento.

 

Policías extorsionadores con uniforme oficial

 

En lugar de brindar seguridad, los policías capitalinos se han convertido en un ejército de extorsionadores que detienen a conductores aun sin ser agentes de tránsito. Clara Brugada lo sabe, pero lo permite, porque ese sistema de corrupción es funcional a su gobierno: la policía no protege, la policía recauda.

 

El asesinato de Cristofer no es un hecho aislado, sino la consecuencia directa de una política de seguridad fallida, donde los uniformados actúan con licencia para robar, golpear y asesinar bajo la sombra protectora de un gobierno que solo busca discursos triunfalistas.

 

Exigencia de justicia y renuncia

 

La familia de Cristofer, y toda la sociedad capitalina, merecen más que promesas vacías: exigen justicia real y castigo ejemplar a los policías asesinos y a quienes los encubren.

 

Pero también es momento de exigir cuentas claras a Clara Brugada Molina: ¿Cómo piensa gobernar una ciudad cuya policía mata a sus jóvenes? ¿Cómo pretende hablar de “seguridad” cuando sus elementos son verdugos

 

Si la jefa de Gobierno no tiene la capacidad, la dignidad ni el valor para enfrentar esta crisis, debe renunciar de inmediato. La Ciudad de México no puede seguir en manos de una mandataria que permite que la policía se convierta en un escuadrón de muerte con placa oficial.

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