EL OJO RUBIO (QUE ESPÍA A LOS MORENOS)
Por: Salvador García Soto
Publicado el 29 de julio de 2025.- Desconcertados de que los
capturen en fotos y videos mientras vacacionan en lugares de Europa y
del Lejano Oriente a donde solo sus más cercanos supieron que viajarían;
señalados por la presidenta Sheinbaum que expresamente pidió evitar
los lujos y la ostentación como regla para los militantes de su movimiento;
expuestos por los medios y las redes sociales que los exhiben como
“incongruentes” por renegar de la “austeridad republicana” que tanto pregonó su
pastor, pero sobre todo sorprendidos in fraganti por lentes
indiscretas que parecen estarlos persiguiendo, así andan los morenistas cuyas
lujosas vacaciones se les volvieron foco de críticas.
Y es que lo que en principio parecía casualidad, que justo
donde ellos se movían, lo mismo en un hotel de más de 2 mil euros la noche
en Madrid, que en otro de precio similar en Portugal o uno
también de los más lujosos de Tokio, aparecieran cámaras indiscretas que,
incluso sin que ellos se dieran cuenta, los captaban en foto o los graban en
video y, con una rapidez impresionante, las imágenes de los políticos
morenistas llegaban a México y comenzaban a moverse en medios y redes
reveladas por periodistas a los que les llegaban las imágenes.
Pero resulta que, como bien dice el dicho, en política no hay
casualidades, y la exhibición de miembros de la cúpula gobernante de Morena que
decidieron vacacionar en países europeos o en Japón –curiosamente ninguno de
ellos eligió Estados Unidos como destino para vacacionar–, no es necesariamente
obra de la casualidad ni de mexicanos indiscretos que los hayan
visto, reconocido y fotografiado con sus celulares, como en ocasiones ocurre.
El que hayan empezado a circular, casi de manera sincronizada
y con precisión muy calculada las fotos y videos del líder de la Cámara de
Diputados, Ricardo Monreal, que primero negó estar en España y cuando lo
capturó la cámara indiscreta no tuvo más que aceptarlo y decir que viajó con su
dinero y con su esposa; de Mario Delgado, secretario de Educación del gabinete
de Claudia Sheinbaum, que se relajaba en un exclusivo hotel de Lisboa con una
joven acompañante; y luego de Andy López Beltrán, mientras desayunaba en
el hotel Okura o se iba de “shopping” a la zona más exclusiva de Tokio y se
compraba productos en la boutique de Prada, habla de una estrategia que llamó
la atención de los morenistas.
Y de acuerdo con información que manejan al interior de
la 4T y que confirman también fuentes en Estados Unidos, las imágenes
que están circulando y que han llegado en su mayoría a periodistas de
un medio digital, estarían siendo tomadas no por personas curiosas, sino por
profesionales que están siguiendo y monitoreando, en un marcaje personal y
continuo, a los políticos de Morena que decidieron vacacionar en el extranjero.
Ese seguimiento, dicen, estaría siendo realizado por personal encubierto del gobierno
estadunidense que tiene como misión capturar los movimientos de los
personajes mexicanos para su posterior difusión y exhibición en el país.
El canal de distribución elegido, un medio digital con
periodistas críticos y acreditados, confirmaría ese seguimiento personalizado
del que son objeto los políticos mexicanos, cuyas fotos y videos llegan de
manera muy rápida a México, en algunos casos casi en tiempo real de cuando son
tomados, lo que confirma las sospechas que tienen en la 4T de que sus
integrantes puedan estar siendo espiados o seguidos durante sus vacaciones. Y
es que, a través del intercambio de información, son varias las agencias
estadounidenses que tienen acceso a las salidas del país, con plataformas
como las del CBP que intercambian información con las autoridades migratorias
mexicanas.
Así que, por más que aquí nieguen que haya interés del
gobierno de Donald Trump en investigar o dar seguimiento a políticos
del actual régimen mexicano, y aunque la presidenta insista que a ella no le
han solicitado investigar o extraditar a políticos mexicanos vinculados
al narcotráfico, lo cierto es que las fotos y videos que les están tomando
a los morenistas no son obra de la casualidad y más bien parecen obedecer a una estrategia
puntual de seguirlos y vigilar sus movimientos, porque al final de cuentas
las imágenes que están llegando a México claramente tienen un efecto político y
exhiben la incongruencia y el falso discurso de austeridad que
se dedicó a vender el llamando Movimiento de Regeneración Nacional y su líder
fundador que hoy brilla por su ausencia.
Decía Pedro Ferriz Santa Cruz, en sus programas de radio
y televisión, que “un mundo nos vigila”, y hoy a los morenistas, más que un
mundo parece que un gobierno extranjero los vigila y lo hace muy de cerca,
tanto que conoce sus movimientos, sus aficiones y hasta sus gustos y
debilidades por los lujos y las comodidades. Un ojo rubio, pues, que espía a
los morenos.
El caso de Andrés Manuel López Beltrán, más allá de sus
fotos en Tokio, plantea todo un análisis sobre la personalidad del joven
político que se consideraba el “heredero del testamento político” de su padre.
Su llegada a la dirigencia nacional de Morena fue
vista como la señal de que Andy —como no le gusta que le digan pero todos le
dicen— estaba llamado a ser el sucesor del movimiento fundado por su padre, a
convertirse en el líder del partido Morena y a manejar, con el acompañamiento y
el consejo de su progenitor, las decisiones internas del partido, incluyendo
las codiciadas candidaturas a cargos de elección. Pero algo pasó después de la
mala experiencia y el fracaso que tuvo López Beltrán en las recientes elecciones
de Durango porque, como si se tratara de un berrinche, el joven secretario
de Organización, que no pudo digerir el golpe que le dio el caciquismo
priista en Durango, solo habló en una ocasión del tema para dar
justificaciones más que explicaciones y, tras quejarse de que lo llamaran por
el hipocorístico de su nombre, prácticamente se desapareció de la escena
política desde el pasado mes de junio.
Hay una versión, que circula entre las cúpulas morenistas, que
dice que después de aquel podcast en el que dijo su ya célebre frase de que “no
me llamen Andy”, Andy viajó hasta Palenque para ver a su padre y
comentar con él lo sucedido en Durango. El expresidente le habría reprochado “la
soberbia con la que te manejas” y él se habría quejado, según esa versión, de
la suciedad de la política y de lo que pasó en Durango.
Desde hace ya casi dos meses no se volvió a saber de él ni se
le vio en público y su ausencia en el reciente Consejo Nacional de Morena,
donde se quedó una silla vacía con su nombre, indica que algo sucedió en el
ánimo de López Beltrán y que, o ya no le interesa seguir en la dirigencia del
partido o de plano se cansó de las críticas y comentarios en su contra.
Tal vez por eso decidió irse lo más lejos que pudo, a
contemplar el fascinante mundo oriental, mientras acá los llamados
“principios” y las moralinas reglas de “austeridad y humildad” que pregonaba
Morena se hacen añicos y dejan muy mal parados a los que juraban que ellos eran
diferentes.
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