ACUSADO DE VIOLACIÓN Y PROTEGIDO POR EL PODER POLÍTICO
*Todo en medio del silencio de Morena, del presidente, del
gobernador de Guerrero. Un silencio en el que la única voz, la de víctima, fue
acallada
idente de México Andrés López Obrador, "las feministas de Morena" y todos los integrantes de la auto llamada cuarta transformación, se han mantenido callados como momias, ante el escándalo que cae sobre las espaldas del candidato de Morena al Gobierno del Estado de Guerrero Félix Salgado Macedonio.
El 2 de enero de 2017 la unidad de atención temprana de
la Fiscalía General del Estado de Guerrero recibió a una persona de
sexo femenino cuya identidad quedó reservada bajo las iniciales J.D.G. Iba a
presentar una denuncia por violación en contra del hoy senador
de Morena, y entonces director de La Jornada Guerrero, Félix Salgado
Macedonio.
Entre los anexos que J.D.G. entregó había un escrito de seis
fojas, fechado el 28 de diciembre de 2016, una foto donde aparecía “una persona
del sexo femenino desnuda, quien se observa acostada en una cama”, diez
fotografías de “una persona del sexo femenino con lesiones en el cuerpo” y
siete fotos de la misma persona con lesiones en la espalda. Había también una
conversación de Facebook y varios estudios clínicos.
Se abrió la carpeta 1203027010000202011. Los hechos que
contiene el documento son un descenso a los sótanos.
De acuerdo con la denuncia, la abogada J.D.G. solicitaba
fondos para una fundación de defensa animal, a las afueras de Gran Plaza
Acapulco, cuando pasó Félix Salgado Macedonio. Le ofreció apoyo, le pidió que
fuera a verlo a las oficinas del periódico, y cuando esto ocurrió, la invitó a
formar parte de este. El 8 de enero de 2014, J.D.G. fue contratada para
trabajar en el diario.
Se lee en las páginas de la denuncia que el 19 de mayo de
2016, Salgado la mandó llamar: “tenía perritos y gatitos para darnos en
donación”, así como comida para los perros. Al día siguiente, “el ingeniero” la
citó en el Fraccionamiento Las Playas: le dijo que iban a estar ahí unos
familiares y una trabajadora de nombre Paty.
Según declaró ante el ministerio público, dos minutos más
tarde sintió un fuerte mareo y oyó la voz de Salgado Macedonio. Alcanzó a decir
que se sentía mal, y no supo más. Despertó en una habitación, acostada en una
cama, con la ropa desabrochada y líquido escurriendo de la vagina. Comenzó a
llorar. Le preguntó a Salgado qué le había hecho. Él se rió y contestó: “Todo
va a estar bien, chiquita”.
Se lee en la carpeta que J.D.G. salió corriendo de ahí, sin
su bolso, y llevando solo su celular, que traía guardado en un bolsillo del
pantalón. Cuando llegó a su casa, recibió una llamada de Salgado Macedonio.
“Que tenía que ir [al periódico] porque si no me iba a arrepentir”, “además de
que quería hablar y darme mi bolso”. Ella se negó.
Él le envió entonces una fotografía por WhatsApp: J.D.G. se
vio completamente desnuda sobre la cama. Salgado le dijo que tenía muchas más,
que se las iba a dar, que estaba arrepentido.
J.D.G. acudió al domicilio al día siguiente. Paty, la
empleada, le dijo: “Ya sabía yo que no te le ibas a ir viva”. Salgado Macedonio
estaba en la habitación de arriba. La hizo subir. “Saliste bien en la película
—le dijo—, pero la verdad no me gustó porque no te movías”.
No solo no le entregó las imágenes. Le propinó una golpiza
con un cinturón, la derribó y la violó “en repetidas ocasiones”.
La abogada fue despedida con la amenaza de que no le
convenía decir nada: “Soy un hombre muy poderoso”.
Ella no se atrevió a decirle nada a su esposo. Quedó bajo
del dominio de Salgado. Si se negaba a ir a verlo cuando él lo ordenaba —se lee
en la carpeta—, la golpeaba y amenazaba con dar a conocer las imágenes. Le
decía “que yo ya era de él y que a él no le hacían nada por el poder que
tiene”.
Siete meses más tarde, J.D.G. le confío los hechos a su
esposo. Estudios clínicos confirmaron el contagio de una enfermedad de
transmisión sexual. Salgado Macedonio fue acusado por violación, abuso,
hostigamiento y amenazas.
El exfiscal de Guerrero, Xavier Olea, reveló que la carpeta
había sido debidamente integrada y estaba a punto de ser judicializada. Según
él, en ese momento recibió la instrucción, se entiende que del gobernador de
Guerrero, Héctor Astudillo, de congelar la investigación.
Así que Olea admite públicamente que tuvo por acreditado un
hecho delictivo y no aplicó el derecho en favor de una víctima. ¿Dónde quedó la
autonomía de la institución ministerial que encabezó? ¿No incurrió en
responsabilidad penal y administrativa? ¿Y qué tiene que decir sobre esto quien
hoy ostenta el cargo, el fiscal Jorge Zuriel? ¿La carpeta contra Salgado Macedonio
no debe ser judicializada? ¿El senador debe o no ser desaforado?
Como si nada ocurriera, Salgado le tendió ayer la mano
al otro contendiente de Morena, Amílcar Sandoval y lo llamó a la unidad para
ganar Guerrero. Todo en medio del silencio de Morena, del presidente, del
gobernador de Guerrero. Un silencio en el que la única voz, la de víctima, fue
acallada por instrucciones superiores, según confiesa el exfiscal Olea.
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