LARGAS FILAS Y AUMENTO DE PRECIOS: CONSEGUIR OXÍGENO PARA
PACIENTES COVID-19 SE COMPLICA MÁS Y MÁS EN LA CIUDAD DE MÉXICO
*El aumento de las infecciones en la capital ha llevado a
hospitales llenos y a agotar el suministro de oxígeno.
Ciudad de México 24 de enero de 2021. Algunos residentes de
la capital de México pasaron la víspera de Año Nuevo en filas que
serpenteaban por una calle y doblaban una esquina, esperando llenar
tanques de oxígeno para familiares enfermos de COVID-19.
La ciudad de nueve millones de personas ha experimentado un
aumento en las infecciones por coronavirus y los hospitales de la ciudad están
ocupados en un 87 por ciento, lo que agota el suministro de oxígeno.
Eso ha dado lugar a largas filas y aumentos de
precios que hacen que sea difícil o imposible para algunos rellenar
tanques que, en algunos casos, duran solo unas pocas horas.
Blanca Nina Méndez Rojas esperaba en la fila el jueves para
recargar el tanque de su hermano, quien recientemente fue dado de alta de un
hospital público luego de contraer COVID-19.
“Ahorita lo dejamos desconectado (del oxígeno),
entonces él tiene que estar totalmente recostado para que no se agite y no
tenga ningún problema en lo que llegamos con el tanque”, contó Méndez Rojas,
señalando que hace dos semanas “una recarga costaba 70 pesos, y ahorita son 150
pesos”.
En una ciudad donde la gente tiene miedo de ir a los
hospitales y los que van tienen problemas para encontrar una cama, se
convierte en una cuestión de vida o muerte.
Juan José Ledesma, un jubilado de la Ciudad de México, se
enfermó junto con su esposa e hijo. Cuando su prueba dio positivo el 16 de
diciembre, tuvo que quedarse en casa y consultar a un médico privado porque el
hospital local no tenía espacio.
“He tomado medicamentos bajo la situación privada, porque
acudimos a un centro de salud y no había capacidad” porque había demasiada
gente llegando a recibir tratamiento, agregó Ledesma.
Desde entonces, su hijo —que ya se recuperó— ha tenido que
salir tres o cuatro veces al día para intentar rellenar el tanque de oxígeno de
su padre.
“Pues sí el costo ha subido, pero de dos a tres veces”,
comentó Ledesma. Reflexionando sobre el problema, llora levemente. “Pienso en
las zonas rurales, que sea un poco más difícil, pero más difícil, y por ende
tienen que esperar un poco más si realmente no pueden” solventar este gasto.
Iván, un empleado de una tienda de recargas de oxígeno que
solo dio su primer nombre porque sus jefes no le autorizaron a hablar con los
reporteros, reconoció que a veces hay tanta gente esperando, desesperada
por el oxígeno, que no pueden llenar todos los tanques completamente.
“Hay veces que el oxígeno no nos alcanza para poder llenar
los tanques completamente para toda la gente. Hay veces que tenemos que
reducir el llenado para que toda la gente que viene atrás pueda también
llevarse algo de oxígeno para su familiar o sus pacientes”.
Para colmo de problemas, los funcionarios de la ciudad
han hecho poco para combatir los aumentos de precios que duplicaron o
triplicaron el precio de una recarga, pero cerraron un mercado negro en
el que los productores de oxígeno de grado industrial vendían tanques para uso
médico. El oxígeno industrial, que se utiliza para operar sopletes de
acetileno, no es tan puro como el gas de grado médico.
Antes de la pandemia, las máquinas básicas costaban unos 900
dólares, o 17 mil 910 pesos mexicanos, pero desde entonces los precios han
subido a mil 500 dólares o más.
“Los concentradores se han ido por las nubes, se está
lucrando demasiado con los concentradores”, dijo Méndez Rojas.
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