CON 16,495 CASOS, MÉXICO ROMPE RÉCORD DE CONTAGIOS EN UN
DÍA; LA COVID-19 DEJA 137,916 MUERTOS
*La Secretaría de Salud informó hoy que ha identificado 15
casos con reacciones graves en personas que se aplicaron la vacuna contra la
COVID-19, cinco de estas personas permanecen hospitalizadas.Ciudad de México 14 de enero de 2021. México alcanzó
hoy un millón 588 mil 396 contagios de COVID-19, en el último día se
sumaron 16 mil 495 casos al registro oficial, la cifra más alta desde el inicio
de la epidemia.
Además, la enfermedad ha causado la muerte de 137 mil 916
personas; 999 defunciones se contabilizaron en las últimas 24 horas.
José Luis Alomía, director general de Epidemiología, informó
esta tarde que se han estudiado 3 millones 999 mil 407 casos como sospechosos,
un millón 993 mil 22 dieron resultados negativos.
Los últimos datos de la Secretaría de Salud muestran que
seis entidades del país tienen una ocupación hospitalaria de más del 70 por
ciento para pacientes que requieren una atención general por la COVID-19.
La Ciudad de México, el Estado de México y Nuevo León
encabezan la lista de las entidades más saturadas, con ocupación del 91, 84 y
83 por ciento, respectivamente.
En los establecimientos de venta de gas curativo existen
filas de cientos de personas abatidas que llegan a esperar hasta tres horas
para recargar un tanque.
“Ni en lo que el gobierno decía que era el pico de la pandemia se
ha visto esto como se ve hoy”, me dice un vecino. “Hay momentos en los que
sencillamente no se puede pasar”.
Cada persona haciendo fila en esa calle encierra un drama,
una tragedia disparada en la ciudad.
Solo en los primeros 12 días de enero se han registrado 44,
577 casos de contagio: 2,164 fallecimientos. La capital, que se mantiene en
semáforo rojo, ha superado las 23 mil 836 defunciones.
Las ambulancias aúllan por las calles de día y noche. Las
redes sociales dan cuenta diariamente de gente contagiada y gente que se ha
ido. Pululan los enfermos que desesperadamente buscan una cama y las familias
que claman por un tanque de oxígeno.
La jefa de gobierno Claudia Sheinbaum advirtió hace unos
días que la ciudad se hallaba al borde del colapso hospitalario. El IMSS
anunció antier que en solo cuatro días se habían ocupado la mitad de sus camas:
según una nota de EL UNIVERSAL, solo le quedaban 42, tanto para atención
general como para intubación de pacientes Covid-19.
A las puertas de los hospitales, los pacientes no dejan de
llegar, especialmente desde hace un mes. A toda hora hay personas llorando,
gritando o esperando informes. Es frecuente ver a otras sentadas en sillas y
conectadas a un tanque. “Terrorífico”, es la palabra que mejor describe lo que
está ocurriendo.
En esos hospitales, el paisaje de todos los días lo
conforman largas filas de autos, estacionados en doble fila, y ambulancias que
aguardan, a veces durante horas, a que los pacientes sean recibidos. En muchos
sitios, la única forma de conseguir una cama consiste en que muera o sea dado
de alta el enfermo que la ocupa. Así de simple, así de brutal.
Los relatos de lo que ocurre al interior de los hospitales,
en medio de la saturación, la falta de equipos, la carencia de
medicamentos, subrayan la atmósfera de caos, de tragedia, de desastre. La queja
generalizada es que “la epidemia se desbordó”.
Los paramédicos intentan convencer a los familiares de los
contagiados que no hay disponibilidad en los hospitales, que no existe sitio a
dónde llevarlos. Y sin embargo, las ambulancias no dejan de llegar, y las
sirenas no dejan de aullar.
A un año del inicio del horror, la capital está pagando,
como ninguna otra ciudad del país, la manera en que el gobierno federal
enfrentó y ocultó la epidemia. La desesperación, y se diría, la histeria
contenida de la jefa de gobierno, apenas pueden disimularse.
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