¿DÓNDE SE ESCONDE DANIEL “SABANDIJA”, PERDÓN, SIBAJA?
*El secretario de Movilidad del Edomex desaparece tras el
tarifazo, mientras crecen las denuncias por corrupción y abusos en los
corralones.
Por: EXPEDIENTE SECRETO
El tarifazo será de $14.00 pesos mexicanos y aplicará
para el pasaje mínimo del servicio de transporte público en modalidad Colectivo
en todos los municipios del Estado de México. Este costo cubre los primeros
cinco kilómetros de recorrido.
El incremento en las tarifas golpeó directo al bolsillo
ciudadano y al capital político de la autoproclamada Cuarta Transformación
mexiquense. Mientras tanto, Sibaja guarda un silencio tan espeso como su
conveniencia, bien calculado, por supuesto, para no sentirse incómodo. Al final
del día, vale la pena callar cuando son “cientos de millones de pesos los que
corren por debajo del escritorio”, en los circuitos de corrupción que controlan
el transporte público.
Como muchos de sus correligionarios, Sibaja no se siente
atraído por la austeridad republicana. Se ha mimetizado con las mafias del
volante y con los empresarios del caos que gobiernan los pasillos del
transporte mexiquense.
¿Será que el silencio es la antesala de convertirse en chivo
expiatorio, para que la “maestrita” gobernadora, ¿Delfina Gómez Álvarez, salga
ilesa del golpe político?
EL NEGOCIO DE LOS CORRALONES: CORRUPCIÓN BAJO RESGUARDO
OFICIAL
Mientras el gobierno justifica el tarifazo con el argumento
del “equilibrio financiero”, el verdadero negocio parece estar en los
corralones, ese inframundo donde el ciudadano común pierde más que su vehículo:
pierde la fe en la ley.
Bajo la mirada complaciente o cómplice de Daniel Sibaja, los
corralones operan de forma irregular, realizan cobros abusivos y presentan
graves anomalías. Peor aún: se denuncian robos de autos, venta de piezas y
falsificación de documentos, todo dentro de un sistema que se supone
“supervisado” por la Semov.
En redes sociales circulan múltiples casos, como el de Arturo
Castillo, propietario del corralón Castillo, quien presuntamente habría robado
un vehículo, alterado su color y fabricado papeles falsos para hacerlo circular
con total impunidad. Su empresa, “Corporativo de Servicios y Comercializadora
Moctezuma S.A. de R.L.”, con sede en el municipio de La Paz, presume tener permiso
oficial para apropiarse de autos no reclamados.
Castillo lo dice abiertamente: “Después de cierto tiempo, el
coche es mío, el gobierno me da permiso”. La pregunta inevitable es: ¿quién le
dio ese permiso?
¿La gobernadora Delfina Gómez, el secretario de Gobierno Horacio
Duarte, o el propio Sabandija, perdón, Sibaja, que parece moverse mejor entre
concesionarios que entre ciudadanos?
UN GOBIERNO PROGRESISTA CON PRÁCTICAS REGRESIVAS
La paradoja es brutal: un gobierno que se dice progresista impone
aumentos regresivos, permite abusos en los corralones, y se alía con quienes
despojan a la gente de su patrimonio. Mientras tanto, Daniel Sibaja sigue
escondido, quizá esperando que el escándalo se diluya.
Pero el costo político ya está cobrado: la 4T mexiquense
perdió la confianza de los pasajeros, y la ciudadanía entendió que el cambio
prometido no llegó ni al transporte público.
Al final, en el tablero del poder mexiquense, Daniel
“Sabandija” perdón, Sibaja no solo perdió el rumbo. También perdió el respeto
así mismo.

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