CUAUHTÉMOC, ¿VIOLADOR IMPUNE?
Por: Héctor De Mauleón
Ciudad, de México. 25 de febrero de 2025.- Según la documentación en
poder de la Fiscalía de Morelos, en enero de 2022, Nidia Fabiola,
hermanastra del entonces gobernador Cuauhtémoc Blanco, llegó a vivir a la
casa de gobierno, conocida como Casa Morelos. Desde 2019, Blanco le había
dado un cargo directivo en la Secretaría de Desarrollo Económico del
estado.
En aquella casa iba a refugiarse Cuauhtémoc cada que se
peleaba con su mujer, y también llegó a vivir ahí, exactamente por la misma
razón, en abril de 2023, el medio hermano del gobernador, Ulises Bravo
Molina.
La casa no era usada como oficina más que raras veces. Según
la denuncia de Nidia Fabiola, era en realidad el salón de fiestas del
exfutbolista y su círculo íntimo: Edgar Riou Pérez, primo del gobernador,
investigado por la Fiscalía Anticorrupción por lavado de dinero;
Abdiel Amirov Guerrero Rojas, pariente político de Cuauhtémoc, con “hueso” de
coordinador en la Secretaría de Turismo; los futbolistas Germán Villa e Isaac
Terrazas, con cargos en el Instituto del Deporte; Víctor Mercado, exsecretario
de Movilidad y socio de Blanco en negocios incontables, así como el entonces
secretario de Seguridad Pública, José Antonio Ortiz Guarneros.
Desde la habitación donde se encerraba para tratar de
conciliar el sueño, Nidia Fabiola escuchaba los escándalos que invariablemente
se prolongaban hasta el amanecer. La visita de sexoservidoras con
acento sudamericano era constante. Según los datos contenidos en la carpeta
abierta por la fiscalía, en esas fiestas corría el alcohol, los invitados
consumían cocaína y mariguana, y también “pastillas o tachas”.
A cada festejo acudían entre tres y seis mujeres que solían
entrar por la puerta de la cochera. Otras veces, la casa era
visitada por “amigas o novias” del gobernador y sus amigos. Cuando Nidia
Fabiola protestó ante el hecho de que se usaran oficinas de gobierno para esa
clase de fiestas, se rieron de ella.
La noche del 14 de diciembre de 2023 sucedió la violación en
grado de tentativa que destruyó la vida de la hermanastra de Blanco. El
entonces gobernador de Morelos, ebrio, con los ojos enrojecidos y una violencia
verbal irreproducible, arrojó a Nidia a la cama e intentó despojarla
de la ropa. Fueron entre cuatro y seis minutos de gritos, golpes, forcejeos.
Ella logró apartarlo y pedir ayuda a gritos. Blanco se retiró furioso. Su
víctima pasó la noche llorando, temblando, mientras abajo la fiesta corría
hasta las siete de la mañana.
Nidia declaró el 3 de octubre de 2024 que le llevó tiempo
denunciar porque tiene terror de los hermanos: “Son muy peligrosos y tienen
relaciones muy malas, es del dominio público que son gente vengativa,
rencorosa”, dijo. Responsabilizó a Blanco y a Bravo de cualquier cosa que
pudiera ocurrirle a ella, a su familia, e incluso a sus asesores jurídicos.
Sostuvo que el hoy diputado federal es “peligroso, violento,
vengativo, capaz de herir y dañar a cualquier persona”.
La solicitud de desafuero de Cuauhtémoc Blanco, para
que pueda ser juzgado por el presunto intento de violación, se encuentra desde
hace varias semanas en manos de la Sección Instructora de la Cámara de
Diputados, a cuyo frente se encuentra un rival político de Blanco: el
presidente de la Comisión Jurisdiccional, Hugo Erick Flores.
Sin embargo, la decisión se ha retardado, y arrastra los pies,
perdida en laberintos formales, y en la solicitud de mayor información a la
fiscalía de Morelos –información que hasta el día de hoy simplemente no ha
llegado.
Para algunos sectores de la oposición, queda claro que el bloque
lopezobradorista de Morena está empeñado en frenar el
procedimiento: el caso salpica al expresidente López Obrador, quien a pesar de
las incontables denuncias que involucraron a Blanco en actos de corrupción y
otros delitos graves, brindó siempre su respaldo político al
exgobernador. Y es también un problema para la presidenta Claudia
Sheinbaum, quien lo que menos quiere por ahora es abrirse
nuevos flancos, en momentos en que el asunto del Mayo Zambada, y el
huracán que vino del norte desde la llegada de Donald Trump al poder,
han puesto a temblar a la 4T: de hecho, Sheinbaum respaldó hace unos días
la reafiliación de Blanco a Morena y Ricardo Monreal ha
dicho que no quiere prejuzgar a nadie, “menos a un compañero que es diputado
federal”.
En la Cámara, es precisamente el grupo de Monreal el más
interesado en echarle tierra al asunto. Pronto se verá si el caso avanza o si
la credencial de Morena es en realidad una garantía de protección política y
de impunidad.
¿Tendrán permitido opinar las feministas de la 4T?
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