¿QUIÉN CREE USTED QUE SEGÚN ESTADOS UNIDOS SON LOS NARCOS?
Por Héctor De Mauleón
*La narrativa de que el pasado neoliberal mantuvo una
complicidad con el narcotráfico se derrumbó
Ciudad de México. 3 de enero de 2025. El comunicado dado a
conocer por la Casa Blanca, en el que afirma que los cárteles de la
droga son aliados del gobierno mexicano, es brutalmente histórico.
Jamás, la Casa Blanca se había manifestado con tal
contundencia: “el Gobierno de México protege a los cárteles de la droga”.
Ni en los peores años de la supuesta colusión Calderón-García
Luna-Salvador Cienfuegos, el gobierno de Estados Unidos se atrevió a decir que
México era un narcogobierno, un narcosistema, un narcoestado.
La narrativa del régimen de Andrés Manuel López Obrador,
que acusó al pasado neoliberal de mantener una complicidad con el narcotráfico
y el crimen organizado, se derrumbó, no en un párrafo, sino en solo dos
líneas: la Casa Blanca acusó abiertamente a México de “tener una alianza con
los cárteles de la droga y poner en peligro la seguridad nacional y
la salud pública de Estados Unidos”.
En solo dos líneas, la narrativa que culpaba a Calderón,
a García Luna, a Peña Nieto, a quien usted guste y mande, se
derrumbó. ¿Quién cree usted que según Estados Unidos son los narcos? ¿Qué clase
de información debe tener la Casa Blanca para sacar un comunicado de este tipo?
¿Información de la DEA, del FBI, del Homeland Security?
Hubo infinitas señales de que el gobierno de Estados
Unidos, el Congreso, el Departamento de Estado, las agencias de seguridad,
habían dado acuse de recibo de que los cárteles mexicanos estaban
provocando entre 70 mil y 100 mil muertes cada año, por la epidemia de fentanilo.
Había infinitas señales de que el presidente de México en ese entonces negaba
la tragedia que en Estados Unidos estaba ocurriendo
A lo largo de seis años, el gobierno de AMLO, negó, se
rió, se burló. Negó la realidad todo el sexenio y solo seis meses antes de irse
admitió que el fentanilo se traficaba en México, pero poco.
El comunicado de la Casa Blanca que históricamente
recoge voces que han sido enemigas de los migrantes y de los mexicanos en
general, y que han perseguido dentro de su país a los cárteles de la droga, señala
directamente al Gobierno de México de estar coludido con el
narcotráfico.
Una revisión histórica ubica solamente a un presidente
admitiendo delitos, confesando su colusión con un cártel, creyendo que su poder
bastaba para borrar la serie de delitos que admitió en público. Hoy sabemos que
no fue así, que Estados Unidos considera que el gobierno de México es un aliado
de los cárteles de la droga, que este año han dejado 100 mil muertos en aquel
país.
Que López Obrador fue cinco veces a Badiraguato. Que
las declaraciones de Congresistas de EU que desde hace años advertían de la
colusión de altos políticos y funcionarios de la 4T con el crimen
organizado, cayeron finalmente en terreno fértil: el gobierno mexicano es
indisoluble del crimen organizado, 30% del país está en sus manos según
estudios realizados por los propios: un país a cuyo presidente estos informes,
le cayeron como anillo al dedo, para posicionar su discurso.
La presidenta Claudia Sheinbaum es la víctima
directa del tiradero que le dejó su antecesor, y que hoy a solo unos meses de
iniciado su gobierno, debe enfrentar una situación históricamente vulnerable,
rodeada de ineptos, de enemigos políticos y de “orejas” cuya misión es proteger
el “legado” de AMLO.
En la historia de las relaciones México-Estados Unidos,
jamás gobierno alguno había sido acusado por la Casa Blanca de estar asociado
con el crimen organizado. La acusación le llega a un gobierno que no
mantiene esos vínculos, pero que ha sido incapaz de sacudirse a figuras
altamente tóxicas como Rubén Rocha Moya, Cuauhtémoc Blanco, Américo
Villarreal, Evelyn Salgado y otros cuyos nombres figuran en documentos de
investigación de agencias de seguridad que indagan incluso a altos dirigentes
del llamado Movimiento Regeneración Nacional, que hoy no pueden poner un
pie en EU por miedo a ser detenidos.
Las risas, las burlas, los insultos, el señalamiento de que el
Departamento de Estado, era solo el “departamentito” de Estado, pronunciadas
una y otra vez en “las mañaneras” dejaron una mella en congresistas que según
el experto periodista Armando Guzmán, hoy tienen derecho de picaporte en
la Casa Blanca, y que han convencido al presidente Donald Trump de que el
mexicano es un narcogobierno que mantiene estrecha relación con las
más altas figuras del narcotráfico en México.
Para que la Casa Blanca se atreva a lanzar un comunicado de
este tipo, es porque tiene los pelos de la burra en la mano. Es imposible
separar los juicios del Mayo Zambada, de Joaquín Guzmán López, frente
a los fiscales de Estados Unidos, de la inédita aseveración que el gobierno de
Donald Trump ha lanzado sobre México.
Se trata de una aseveración de tal magnitud que tendría que
hacer caer a un par de gobernadores, al menos a un exgobernador, y a uno o dos
de los secretarios de Estado que Claudia Sheinbaum heredó de su
antecesor.
Cuando Estados Unidos busque al responsable de ese gobierno al
que acusa de ser protector de los cárteles, encontrará seis años de “mañaneras”,
verá al autor del cochinero que la presidenta Claudia Sheinbaum ha heredado, y
del que tendrá que desligarse, tarde o temprano, si es que tiene la idea de
seguir gobernando, sin estar atada de manos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario