QUE POCA MA……..E, EL EJÉRCITO CONTROLA LA AYUDA ENVIADA A ACAPULCO
*Usuarios en redes sociales expresaron su enojo y molestia e
incluso llamaron a no enviar ayuda, porque el gobierno se la va a robar y
regalar en las próximas elecciones.
Guerrero, México, 30 de octubre de 2023. En las últimas
horas se desató la indignación y polémica en redes sociales, debido a que el
presidente de México Andrés Manuel López Obrador, ordenó al ejército no dejar
entrar ayuda humanitaria por parte de la sociedad civil a Acapulco Guerrero, en
la zona devastada por el huracán Otis.
AMLO, trata de capitalizar la ayuda humanitaria, para luego,
convertirla en votos en las próximas elecciones, aun a costa de sacrificar a los
más pobres, exactamente igual que lo hizo con las vacunas del Covid-19, al no
permitir que las vacunas fueran distribuidas por empresas particulares, hay que
recordar que ese hecho tuvo como consecuencia la muerte de cientos de miles de
ciudadanos contagiados de Covid-19.
El presidente Andrés Manuel López Obrador pidió a
los mexicanos realizar sus donaciones de despensa de manera directa a
la Cruz Roja o a las Fuerzas Armadas. El pasado viernes en su conferencia
matutina el general Luis Cresencio Sandoval, titular de la Secretaría de
Defensa Nacional (SEDENA) informó que los víveres y demás productos solo
podrán entrar a la zona siniestrada en vehículos militares.
Explicó que todos los alimentos, agua, medicamentos, mantas
y demás objetos aportados por particulares, gobiernos estatales, organizaciones
civiles e iniciativa privada, serán recibidos y “reorganizados” en un
centro de acopio instalado en la 35 Zona Militar, en la ciudad de Chilpancingo,
ubicada a sólo 109 kilómetros de Acapulco, es decir, el presidente y el ejército
van a sacrificar a las víctimas de la desgracia, pues hasta hoy han demostrado
que son unos perfectos ineptos, pues la ayuda ha llegado a cuenta gotas, en
lugar de permitir que todo quien quiera se involucre y ayude, que poca Ma……e
¿no?
Sin embargo, esto no fue bien tomado por cientos de miles de
usuarios en redes sociales, quienes acusaron al gobierno federal de aprovecharse de
las donaciones con miras a las elecciones presidenciales de 2024. Incluso, en
la plataforma X surgió el Trending “No donen”.
“¡Se van a robar todo!”, “Obstaculizando la ayuda”,
“Por estas acciones la población deja de apoyar”, “No hay que confiar y
menos en tiempos electorales”, “No quiero que lo que compré termine en una
despensa otorgada por una candidata”, “Esto es inconstitucional”, “Se lee
horrible pero con este gobierno es mejor no donar”, se lee entre las
reacciones.
Aunque la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC)
informó que el personal de la SEDENA y la Guardia Nacional ya iniciaron
con la distribución de 8 mil 170 despensas entre la población afectada, la
mayoría de ciudadanos afectados aseguran que la ayuda no ha llegado y cada día
se encuentran más desesperados. Este desastre es el reflejo da la incapacidad de un
gobierno que exige lealtad y cero capacidad. ¿Dónde están los siervos de la
nación?
El periodista Regil Velasca asegura que, El huracán Otis no
sólo ha destruido buena parte de Guerrero, también llegó para cimbrar a México
de una manera excepcional. Desde la pandemia de COVID-19 aprendimos que el
mundo y la realidad pueden cambiar completamente en un instante y alterar el
curso de la historia.
La suma de mentiras, declaraciones desafortunadas,
respuestas tardías y omisiones imperdonables, han hecho que el presidente de
México se deje ver en su más pura esencia como el hombre que realmente es; un
personaje soberbio, autoritario, negligente e insensible. Una persona incapaz
de escuchar y sensibilizarse ante la peor tragedia que ha vivido México en
décadas.
Primero hizo el ridículo viajando a Acapulco por tierra
cuando sabía que era imposible llegar por los deslaves y los daños en la
autopista. Las imágenes de él en un vehículo del ejército atascado en el lodo;
dando instrucciones a los militares, riendo y finalmente bajándose a caminar
porque no libraron el atasco, se convirtieron en símbolo de su propio fracaso y
derrota; de su atasco e incapacidad para avanzar, para administrar, para
gobernar, para cumplir y para enfrentar enormes desafíos. Igual que ocurrió con
su capricho de subirse a ese vehículo, su necedad todo lo complica y lo
arruina.
No obstante, el presidente se atrevió a declarar que “tuvimos
suerte” pues según él y sus datos falsos, murieron muy pocas personas. Ante una
realidad tan crítica en la que miles de familias viven el peor momento de sus
vidas porque perdieron todo y no tienen lo elemental para sobrevivir, es
inaceptable y reprobable la improvisación y la suma de malas decisiones como
las que han tomado hasta ahora. Es imperdonable el abandono en el que el
presidente, la gobernadora y la alcaldesa, todos de Morena, han dejado a los
guerrerenses.
Por supuesto, han sido incapaces de escuchar el grito
desesperado de miles de familias y no han respondido a sus demandas más
básicas, como al reestablecimiento de todos los servicios, el retiro de los
cadáveres y el suministro de artículos para sobrevivir en las zonas rurales más
alejadas. Y ni que decir de atender su demanda de material para reconstruir sus
casas.
Ante esta realidad tan desafiante, vale la pena tomar
perspectiva del momento histórico y político que vive México. Hasta hace unos
meses, parecía casi imposible que la oposición pudiera ganar las elecciones en
2024 y sacar a Morena. Hoy, dos fenómenos disruptivos nos devuelven la
esperanza pues no sólo es posible pero altamente probable y muy deseable que
Morena pierda notoriamente en 2024. Por el bien de México piénselo.
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