EL CÁRTEL DE LOS BELTRÁN LEYVA SE VOLVIÓ GRUPO
RESIDUAL QUE DEPENDE DE ALIANZAS: EU
*El debilitamiento de Los Beltrán Leyva, según el análisis
que realizaron órganos de inteligencia de EU y de combate al crimen
transnacional, se debió, precisamente, a la pérdida de protección política que
tenían hasta el más alto nivel, lo que derivó en la caída de sus mandos,
mientras el Cártel de Sinaloa se fortalecía.
Por Áxel Chávez
Su debilitamiento, según el análisis que realizaron órganos
de inteligencia de EU y de combate al crimen transnacional, se debió,
precisamente, a la pérdida de protección política que tenían hasta el más alto
nivel, lo que derivó en la caída de sus mandos –mientras el CDS se fortalecía–, la
pérdida de plazas y el debilitamiento a través de las bajas humanas por el
combate armado.
No obstante, a diferencia de lo declarado desde el gobierno
de Felipe Calderón –al que los propios exintegrantes de este grupo
han señalado de complicidad en cortes norteamericanas– Estados Unidos no
considera a los Beltrán Leyva un cártel extinto, y lo mantiene como una de
las nueve organizaciones del narcotráfico más importantes en México, que ahora
se potencia mediante acuerdos y colaboración entre cárteles.
LOS REVESES DEL CÁRTEL
En el seguimiento histórico a la organización criminal, el
National Drug Threat Assessment (NDTA) de la DEA (Administración Antidrogas de
EU, por su traducción al español) refiere que los Beltrán sufrieron una serie
de reveses a manos de las fuerzas de seguridad mexicanas, comenzando con la
muerte violenta de Arturo –quien habría ‘levantado’ a García Luna y era enemigo
directo del “Chapo”– a manos de fuerzas armadas en 2009, seguido por el arresto
de Carlos Beltrán Levya.
En 2010 –cuando el gobierno de Calderón presumía al cártel
desarticulado–, la organización tuvo un cambio rotundo cuando el hermano
restante, Héctor Beltrán Leyva, tomó los remanentes de su agrupación
y lo renombró como el Cártel del Pacífico Sur, señala la DEA.
Otra parte superior, agrega, tomó una facción leal a Édgar
Valdez Villarreal, “La Barbie”, que denunció en una carta pública al grupo de
García Luna en el que incluía a sus operadores Luis Cárdenas Palomino, Ramón
Eduardo Pequeño García y Mario Arturo Acosta Chaparro, general asesinado que
habría presidido juntas entre narcos, de recibir sobornos de los cárteles y
brindar protección. Esa facción formó el Cártel Independiente de Acapulco, que
lideró “La Barbie” hasta su arresto en 2010.
El también denominado Cártel del Pacífico Sur, continúan
los informes, “pareció retomar el nombre de Organización Beltrán Leyva y logró
un renovado protagonismo bajo el liderazgo de Héctor Beltrán Leyva, hasta su
detención en 2014”; es decir, dos años después del sexenio de Calderón,
cuya administración aseguraba haberlos repelido.
Héctor Beltrán Leyva falleció en noviembre de 2018 por
un infarto. Se encontraba detenido en el penal de máxima seguridad del Altiplano desde
marzo de 2016, “donde enfrentaba un proceso federal por diversos delitos”,
según la Secretaría de Gobernación.
Los sistemas de inteligencia de Estados Unidos recuentan que
desde 2010 han surgido organizaciones escindidas de Los Beltrán Leyva,
como Guerreros Unidos y Los Rojos, entre al menos otros cinco con
raíces en el otrora cártel supuestamente protegido, antes de separarse de la
Federación de Sinaloa, por el gobierno federal.
Los Guerreros Unidos, refiere también el órgano de
investigación del Congreso norteamericano, trafica cocaína tanto al norte como
a Chicago pero, según los informes que posee, “opera principalmente en el
centro y los estados del Pacífico de Guerrero, México y Morelos”.
Asimismo, los trae a colación porque, menciona,
presuntamente participaron en el asesinato de los 43 normalistas de Ayotzinapa,
“quienes les fueron entregados por las autoridades locales en Guerrero, y luego
quemaron sus cuerpos”, agrega en referencia a la versión oficial del gobierno
mexicano.
LA RUPTURA
En NDTA señala que, al igual que otras organizaciones para
el tráfico de drogas, “se creía que los Beltrán Leyva se había infiltrado en
los niveles superiores del gobierno durante al menos parte de su historia”,
pero, advierte, “lo que sea que haya alcanzado alguna vez probablemente haya
declinado significativamente después de que las autoridades mexicanas
arrestaran a muchos de sus líderes”.
Para “El Grande”, ese momento fue la ruptura tras la caída
de Alfredo Beltrán.
Javier Herrera Valles, exjefe de la División de
Seguridad Regional de la Policía Federal que fue de los primeros en informar al
presidente Calderón sobre posibles acuerdos con la delincuencia organizada por
parte de Genaro García Luna, tiene una tesis al respecto.
Él considera que el objetivo de la denominada “guerra contra
el narcotráfico” emprendida en 2006 era repeler a los rivales del Cártel
de Sinaloa para mantener a esta organización criminal como la principal en
México; es decir, eliminarle los competidores.
Hasta ahí, abatido el resto de cárteles y después de las
disputas armadas, funcionaría esta “visión” de Calderón y su mano
derecha, Genaro García Luna, similar a una “pax narca”. Pero todo se
quebró con la detención de Alfredo Beltrán el 21 de enero de 2008.
Los hermanos Beltrán Leyva acusaron de traición al propio exsecretario de
Seguridad y a Joaquín “El Chapo” Guzmán de haber sido el conducto
para la detención, al proporcionar ubicaciones y debilitar, internamente, su
escudo de seguridad.
A partir de ahí, continúa este exmando de seguridad, se dividió
el Cártel de Sinaloa, entonces conocido como La Federación, y se generó una
vorágine de violencia en la que grupos grandes y residuales se enfrentaban
entre sí, como también policías, cooptados por un bando y por otro.
Según la NDTA, publicado anualmente por la DEA, actualmente
las facciones disidentes de Los Beltrán Leyva se basan en alianzas
flexibles con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el Cártel de
Juárez y elementos de Los Zetas para mover drogas a través de la frontera. Esos
estupefacientes, precisa, incluyen heroína, metanfetamina, cocaína y marihuana.
Emanados de los Beltrán, la DEA considera a Los Rojos como
un cártel independiente y una de las nueve principales amenazas a la seguridad
de su país por el trasiego de drogas.
De ellos, advierte: “Los Rojos han operado
principalmente en Guerrero y han dependido en gran medida del secuestro y
la extorsión para obtener ingresos, así como el tráfico de cocaína.
A su vez, el Congressional Research Service cita
que “la DEA sostiene que Los Rojos operan en Guerrero, Morelos y otros estados
mexicanos”, además de hacer mención que “aunque este cartel se identifica como
una TCO (organizaciones criminales transnacionales mexicanas) importante en la
NDTA anual de la DEA, algunos analistas sostienen que no se trata de un grupo
significativo del narcotráfico”.
No obstante esas consideraciones, para EU es uno de los
cárteles reconocidos por su incorporación al mercado estadounidense y una de
sus amenazas.
Genaro García Luna enfrenta cuatro cargos relacionados con
su presunta protección al CDS: conspiración internacional para distribuir
internacionalmente cocaína; conspiración para distribuir y poseer
premeditadamente cocaína, conspiración para importar cocaína, y declaraciones
falsas ante agentes del Servicio de Aduanas e Inmigración.
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