HUERTOS DEL PEDREGAL: ASESINATOS, NARCOCORRIDOS Y PAPELES
CHUECOS
*De narcocorridos a irregularidades mercantiles, la finca
donde fue asesinado Melesio Cuén ha sido testigo de parte de la vida del narco…
y de registros oficiales irregulares.
Por Miguel Ángel Teposteco Rodríguez
Culiacán, México, 25 de noviembre de 2024. La Fiscalía
General de la República encontró un par de gotas de sangre en el rancho ubicado
en Huertos del Pedregal, en Culiacán. Con eso, se supo que todo era
mentira.
La primera versión oficial del asesinato de Héctor
Melesio Cuén Ojeda, difundida por la Fiscalía del Estado de Sinaloa, tenía
como móvil un asalto a mano armada en las faldas oscuras de la calle, en una
gasolinera de La Presita. Según esta versión, el asesino (que estaba acompañado
por alguien que manejaba una moto) habría disparado varios tiros contra Cuén
para robarle su camioneta. Por un tiro en la pierna, el ex rector de la
Universidad Autónoma de Sinaloa habría muerto, según informó un testigo.
La FGR, a cargo de Alejandro Gertz Manero, lanzó un
comunicado en el que rechazó esta versión. De forma inaudita, una fiscalía
desacreditaba a otra: “En finca (San Julián) ubicada en Huertos del Pedregal,
Culiacán, fueron hallados indicios hemáticos que han sido determinados con toda
precisión, por las unidades periciales federales, que corresponden al exrector
de la Universidad Autónoma de Sinaloa; lo cual ratifica la información
previamente obtenida, de que en el lugar del secuestro se encontraba dicha persona
y que sus huellas de sangre corresponden al
tiempo en el que el Ministerio Público de la Federación tiene establecido
el momento de su homicidio, el cual ocurrió muchas horas antes del video de una
gasolinera difundido localmente, el cual ya ha sido descalificado por la propia
FGR”.
Estos hechos comprobaron, además, lo dicho por los
defensores de Ismael “El Mayo” Zambada. En una carta, el capo afirmó
que Cuén había sido asesinado en Huertos del Pedregal, antes de que se llevara
una reunión con el gobernador Rubén Rocha Moya. Ahí, “El Mayo” habría sido
secuestrado en una trampa tendida por Joaquín Guzmán López, hijo de El
Chapo Guzmán.
El gobernador ha negado desde entonces su participación en
los hechos. Su coartada: que ese día estaba en Los Ángeles.
Esta serie de enredos entre el gobierno del estado, la
fiscalía y el círculo cercano a lo que antes era conocido como el Cártel de
Sinaloa, deja al descubierto varios problemas de gobernabilidad dentro del
estado. Uno de ellos, tal vez menos visible, es la situación del rancho y la
zona donde ocurrió el asesinato, el cual ha sido investigado por Medios de
Comunicación para revelar parte de su historial como foco de la violencia
del narco y de irregularidades mercantiles.
UNA ZONA CON LA HUELLA DEL NARCOTRÁFICO
Las manchas de sangre encontradas por la Fiscalía General de
la República son solo una parte del negro historial que guarda la zona de
Huertos del Pedregal. Según un periodista local consultado por la revista EME
X, el lugar está compuesto por “muchos ranchos, entre salones para fiestas o
terrenos de todo tipo”. Incluso, según informes del registro público, hay un
asilo de ancianos en esos rumbos.
Ese rancho donde fue asesinado Cuén era uno de muchos en una
colonia-vecindario que está saliendo de la carretera hacia Bacurimi, narra un
periodista sinaloense. La calle de entrada, según su descripción, es una
“terracería, y son un montón de terrenos, la mayoría bardeados”.
La zona se conoce por ser un lugar donde incluso hay una
barbacoa campestre. Ese periodista recuerda haber llegado ahí para celebrar
fiestas en quioscos con palmeras y algunos terrenos de campo para “pasar el
domingo”. Algunos de estos lugares son salones oficiales en un sector que “ni
siquiera es una zona particularmente caliente en cuanto a criminalidad”.
Huertos del Pedregal está cerca de otro lugar conocido como
“La Chuparrosa Enamorada”, un local campestre que hace unas semanas incendiaron
y donde mataron al dueño, Jorge Peraza Bernal, en un hecho que
aparentemente fue un cobro de piso, explica la fuente.
Esta zona, de acuerdo con estimaciones de ventas por
internet, tiene propiedades con valores de hasta 6 millones de pesos. Pero, más
allá de los festejos y el descanso, ha sido escenario de diversas escenas
relacionadas con el narcotráfico.
Uno de los casos más controvertidos es el que aparece en el
artículo The Crimes of Alfredo Beltrán Guzmán, publicado por el blog
especializado en narcotráfico Borderland Beat. Este reportaje menciona
que Jesús Alfredo Beltrán Guzmán, alias “El Mochomito”, hijo de
Alfredo Beltrán Leyva, tenía dos ranchos en el lugar: “Two ranches in Huertos
del Pedregal, Culiacán municipality, Sinaloa”. El medio se nutre de “alguien
conocido con el nombre clave ‘Shelby’, que sabemos que tiene conocimiento
personal de los incidentes”.
Otro ejemplo en esa zona fue el ocurrido en torno al salón
Paraíso San José, en 2016. En ese entonces se registró un misterioso operativo
de la Marina. Según medios locales, los elementos resguardaron el lugar, donde
se celebraba una fiesta infantil. Una testigo, citada por Infobae,
mencionó que durante esa tarde los elementos de la SEMAR ingresaron a su
propiedad. Cuando les preguntó el motivo, sólo dijeron que buscaban a alguien
“pesado”, es decir, un narcotraficante de alto perfil.
Esa tarde, también sobrevoló un helicóptero el lugar.
También se revisaron varios automóviles al caer la noche e incluso las mochilas
de los reporteros gráficos que cubrieron la escena. Los uniformados aseguraron
que era un operativo de rutina, según reportaron los periodistas presentes.
Este acontecimiento incluso fue mencionado en un
narcocorrido “La Piñata”, del grupo Enigma Norteño. En la letra se puede
escuchar:
“Y allá en Huertos del Pedregal
fue donde cayó el personal marino
destino, tal vez señal de un Dios divino
pelarme yo con mi papá fue mi camino.”
La canción continúa con los siguientes versos:
“Pero me pude abrir paso, les llegó tarde el pitazo
y para volver al tema le erraron al sistema
aquellos guachos con diadema, se les engüeró su trompo
la presa no era cualquiera.”
Un verso menciona: “Ahí pa’ que sepan cómo se las gastan los
López”
Pocos días después, fue encontrado el cuerpo de una persona
torturada en el interior de Huertos del Pedregal. Según el medio
local TVP, se trataba de un policía municipal de Culiacán, identificado
como Joel Cortés, de 36 años, quien llevaba una semana desaparecido.
ENIGMAS ADMINISTRATIVOS
Además de las actividades delictivas, Huertos del Pedregal
también es lugar de irregularidades administrativas en las empresas asociadas
con la zona.
La empresa “Club Campestre Huertos del Pedregal, S.A. de
C.V.”, registrada ante el SAT el 16 de agosto de 1994, tiene como
administradora única a Gloria Urías Martínez. En los documentos aparece junto a
27 accionistas, quienes están registrados como al corriente del ISR, pero sin
acreditarlo “en el acto”, lo que es irregular para el registro de cualquier
empresa.
Asimismo, no aparece el RFC de ninguno de los accionistas,
lo que también presenta una anomalía para cualquier aprobación mercantil.
En el Registro Público de Comercio actualizado en 2008,
Gloria Urías Martínez también está registrada como al corriente del ISR, pero
sin “acreditarlo en el acto”.
Asimismo, no hay registro del giro de la empresa. Según
consta en un documento, el objetivo social del negocio sólo incluye la “compra,
venta, administración, arrendamiento, transformación, y construcción de todo
tipo de bienes muebles e inmuebles”.
Por último, otra empresa vinculada a la zona, Huertos del
Pedregal, A.C., está registrada ante la Conagua por recibir el servicio, aunque
no aparece en el Registro Público de Comercio Federal, pese a que hay
constancias de actividad. Sin embargo, no aparece RFC, asociados ni otros
datos que ayuden a revelar sus actividades. Sólo un par de escuetos
registros públicos, lo que contribuye al secretismo de la zona.