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martes, 27 de mayo de 2025

EL PRÓXIMO DOMINGO, “LOS MEXICANOS DARÁN LA

 ESPALDA A TANTA HIPOCRESÍA”

 

*La elección, con un INE desbordado y arrodillado ante Morena, con una presidenta del instituto parcial, una elección que está pésimamente mal organizada. Pero además, no cumple con las medidas mínimas de seguridad para preservar y garantizar tu voto. No te prestes a esta farsa

 



Los mexicanos, siempre han votado y siempre lo he hecho con orgullo en comicios que contaban en cada ocasión con más instrumentos para garantizar el voto. El domingo 1 de junio, seguramente no van a salir a votar en las elecciones para elegir al nuevo Poder Judicial. El gobierno de Morena dice que es una responsabilidad que debemos cumplir. Pero votar o no es también un derecho. Y hacerlo en estos comicios marcados por el mayor de los desaseos, ilegitimidades y autoritarismo es legitimar un proceso que dañará profundamente el sistema democrático de nuestro país, pero, además, los perversos servidores del la 4T, de todos modos se robaran los votos, debido a que, los sufragios ahora no los contaran los ciudadanos, y las boletas que no sean utilizadas, como se hace en todas las elecciones, no se desecharan, es decir, esas boletas sin duda serán rellenadas, para decir que la ciudadanía cumplió con su responsabilidad de votar.

 

Ojo, en la alcaldía Iztapalapa, los Cuervos de la Nación ya pasaron a todas las casas donde tienen identificados a adultos mayores que reciben su pensión del bienestar, a esas personas ya las hicieron votar y les dijeron que no se preocupen que ellos ya no vallan a las urnas porque ya votaron, por eso hay que concientizar el voto y tener en cuenta que no salir a votar, para no ser parte de este fraude, hoy más que nunca, es contribuir con la democracia.  

Hay diez razones por las que no se debe votar el próximo domingo:

Olvidemos por un momento en que en ningún lugar del mundo se elige así a ministros, magistrados y jueces. Es sencillamente irracional y desecha absolutamente los méritos profesionales y la carrera judicial. Peor aún así, no conocemos a la mayoría de los aspirantes a puestos de ministros, magistrados, jueces y no hubo un cuidadoso sistema de selección de candidatos, que no se basó en sistema meritocrático alguno, sino que fueron elegidos por una tómbola. Hoy hay un puñado de candidatas y candidatos reconocidos, pero hay muchos más que tienen relación con el crimen organizado o que son lisa y llanamente militantes de Morena que buscan posiciones para su partido, sumados a oportunistas de todo pelaje.

 

Los acordeones que están entregando en todos los ámbitos de la administración pública para tener decididos desde ya a quienes ganarán son la mejor demostración de que no puede haber, con tal cantidad de candidatos, una elección normal. Desde el gobierno o los gobiernos (porque eso se está haciendo también en varios estados) se están “movilizando” para decidir quiénes ganarán. La gente no conoce a casi ningún candidato y con la información proporcionada tampoco.

 

Los acordeones reemplazan también unas boletas, imposibles siquiera de leer o comprender, mucho menos de llenar correctamente. Incluso su diseño y el de la elección de la misma forma, que les permitirán ganar, sin duda dejarán fuera a ciertos candidatos, por lo menos, a 120 de ellos.

 

La elección, con un INE desbordado y arrodillado ante el gobierno de Morena, con una presidenta del instituto totalmente parcial, está pésimamente mal organizada. No se cumple con las medidas mínimas de seguridad para preservar y garantizar que se respete tu voto.

 

No habrá casillas, sino centros de votación, la participación ciudadana en ellos será mínima. Si no se recurre a los acordeones, el tiempo mínimo de votación para un ciudadano sería de unos 15 minutos. Para más de siete millones de potenciales votantes, habrá en la Ciudad de México unos 6 mil 500 centros. Si por alguna razón votaran todos los empadronados, se necesitarían cerca de 300 horas, para centros que estarán abiertos 8 horas. Hasta eso está pensado para que haya pocos electores.

 

Los votos no se contarán, por primera vez, en las casillas. Simplemente se llevarán a los consejos distritales, donde ya no serán los ciudadanos los que los contarán, con la explicación de lo complejo que será sacar los resultados (y eso es verdad, leer los resultados en un verdadero galimatías), por ende, en los centros de votación no se colocarán, como siempre ocurre, los resultados de casilla. Usted no podrá saber cómo se eligió en su centro de votación.

 

Más grave aún, las boletas sobrantes no se anularán o destruirán, se enviarán a los consejos distritales, donde podrían ser manipuladas, rellenadas, utilizadas.

 

Los resultados no estarán la noche de la elección, sino 10 días después, sin ningún método de contraste o control sobre el mismo.

Ésos son los defectos de la elección en sí, pero hay un problema mayor: Los mexicanos no deben votar porque no pueden legitimar una elección basada en una reforma ilegítima de origen que busca la destrucción de un Poder Judicial autónomo e independiente.

 

La elección es legítima de origen porque Morena y sus aliados nunca tuvieron en las urnas la mayoría calificada, sacaron 54 por ciento de los votos, después por un sistema de sobrerrepresentación amañado obtuvieron la mayoría calificada en la Cámara de Diputados, pero no en la de Senadores. Para alcanzar esa mayoría, en la Cámara alta compraron senadores del PRD y MC, incluso a cambio de quitar causas penales, como ocurrió con la familia Yunes. Así lograron la mayoría para aprobar esa reforma y cuando llegó a la Suprema Corte lograron quebrar a un ministro con la promesa de que le darían la embajada de España, lo que, por cierto, no le han cumplido. La reforma judicial y la elección podrán ser consideradas legales, pero no son legítimas.

 

Y, finalmente, porque votar y legitimar esta elección abre el camino para terminar de construir un régimen sin contrapesos, con fuertes tendencias autoritarias en todos los ámbitos donde la única instancia que podría actuar como un factor de equilibrio (lo estamos viendo hoy, por ejemplo, en Estados Unidos) es un Poder Judicial autónomo e independiente que con la elección desparecerá inevitablemente. Démosle la espalda a tanta hipocresía.

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