¿CÓMO EXPLICARÁN AL GOBIERNO DE EU LA FUGA DE EL PONCHIS?
Por: Héctor De Mauleón
*El gobierno de Sonora borró de su página todo rastro de la
captura. Lo que no se puede borrar es el tremendo escándalo de corrupción que
permitió la fuga
SONORA, México, 8 de mayo de 2025. El pasado 26 de marzo la
página del gobierno de Sonora anunció con bombo y platillo:
“Logra Gobernador Durazo certero golpe contra la delincuencia
organizada con detención de ‘El Ponchis’”.
Esa página ahora no existe. El gobierno estatal se apresuró a
eliminarla tras el escándalo de la fuga del Cereso número 1 de
Hermosillo de Saúl Francisco Hernández Tenorio, El Ponchis, líder de Los
Fantasmas, un brazo armado de Los Salazar —organización que actualmente se
encuentra enfrentada a muerte con Los Chapitos.
El 26 de marzo el gobernador Alfonso Durazo anunció la captura
en su cuenta de X: “Un logro importante para la seguridad en Sonora…”. Ese
mensaje también fue borrado.
El día de la detención de El Ponchis, tanto el gobierno de
Durazo como la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de Omar
García Harfuch le dieron vuelo con el anuncio: el líder criminal fue
presentado como “uno de los 10 principales objetivos de Estados
Unidos por su asociación con organizaciones criminales transnacionales”.
Según fuentes del gobierno de Estados Unidos, sin embargo, en
ninguna agencia de seguridad estadounidense El Ponchis era
considerado un objetivo relevante.
En todo caso, a poco más de un mes de su detención, Hernández
Tenorio se esfumó del Cereso. Ninguno de los funcionarios encargados del turno
reportó inicialmente la fuga: de acuerdo con la investigación de la fiscalía
estatal, extrañamente decidieron esperar hasta el siguiente pase de lista.
Según una línea que maneja la propia fiscalía, El Ponchis
había recibido visitas la noche del domingo 4 de mayo: “Tenía una pisteada y
llegaron invitados”. Todavía se investiga si el líder criminal salió
confundido entre sus “invitados” o escapó a bordo de una ambulancia. Pasó un
día entero antes de que la noticia se diera a conocer.
El secretario de seguridad pública de Sonora, Víctor Hugo
Enríquez, anunció que se investigaría a fondo la actuación del personal de
custodia. Al margen de la fiscalía, la oficina de asuntos de internos de la
secretaría estatal inició una investigación paralela para deslindar
responsabilidades entre el director y el personal de turno.
A unas horas de que reventara el escándalo, el secretario
Enríquez quedó separado del cargo. Su renuncia no obedeció propiamente a la
fuga de El Ponchis (desde febrero pasado le había anunciado a Durazo su
decisión de retirarse), sino a la feroz grilla interna que desde hacía meses
habían desatado en su contra el fiscal Gustavo Salas y el secretario
de Gobierno Adolfo Salazar Razo.
De acuerdo con fuentes estatales, Enríquez se había convertido
en una piedra en el zapato para una parte del gabinete. Tocó intereses y pisó
varios callos. Había logrado arrancar más de 120 ranchos que los grupos
del crimen organizado habían “expropiado”, para devolverlos a sus
legítimos propietarios. De hecho, en diversos comunicados, asociaciones
ganaderas lamentaron su renuncia: después de cinco años, expresa uno de los
documentos, por primera vez los ganaderos “pudieron recuperar sus patrimonios y
regresar a sus actividades”.
Ante la ausencia casi siempre permanente de Durazo en todo lo
relacionado con temas de seguridad, Gustavo Salas y Adolfo Salazar minaron
desde dentro el trabajo del secretario. Finalmente, el hilo se cortó por lo más
delgado.
La fiscalía del estado ha aumentado al doble la recompensa que
se ofrecía por El Ponchis, que es hoy de un millón de pesos.
Saúl Francisco Hernández Tenorio es uno de los rostros de la
feroz lucha entre Los Chapos y Los Salazar por el control de las rutas de tráfico
de enervantes. Los primeros enviaron a Sonora desde el año pasado a una célula
conocida como Los Mata Sala: el pleito entre Fantasmas y este grupo ha hundido
a la capital del estado en una desastrosa espiral de sangre.
Como se ha dicho, el gobierno de Durazo borró de su página
todo rastro de la captura anunciada a todo lo alto hace poco más de un mes. Lo
que no se puede borrar, para desgracia del gobernador y del secretario de
seguridad pública federal, es el tremendo escándalo de corrupción que
permitió la fuga, según la frase pronunciada entonces, “de uno de los 10
principales objetivos de Estados Unidos”.
Otro argumento más para confirmar “la intolerable
alianza” que México tiene con sus cárteles.
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