NO HAY RESPIRO EN NAUCALPAN
Héctor De Mauleón
* Y mientas llegan los resultados de la Transformación, los
vecinos se quejan: continúan las balaceras, los asaltos, las ejecuciones y las
extorsiones.
Naucalpan, Edomex. 16 de enero de 2025. Ayer, el cuerpo de una
mujer envuelta en una cobija y con un tiro en la cabeza, en la colonia San
Rafael Chamapa, y el cadáver de un motociclista que acababa de asaltar a una
cuentahabiente en la Zona Azul de Satélite, el cual fue embestido o acribillado
-se manejaron las dos versiones- por un “justiciero”, subrayaron el clima de
intolerable violencia cotidiana que se vive en Naucalpan: el segundo
municipio con mayor percepción de inseguridad del país, donde 88% de la gente
vive con miedo.
Cámaras de vigilancia y teléfonos celulares de los vecinos han
descrito esa realidad con extrema pulcritud: el 14 de enero un asaltante es
captado en Avenida Lomas Verdes mientras aprovecha el tráfico para
asaltar a un automovilista. El 13 de enero se denuncia el robo de un Kia en el
estacionamiento del Mercado del Molinito.
Esa madrugada una cámara capta el intento de robo de la
computadora de un auto en la colonia Nuevo Molinito (el dueño del
vehículo despierta y hay un enfrentamiento a tiros con los ladrones).
El mismo día un asaltante asesina a un joven detrás de un
puesto de venta de pollo en Lomas de San Agustín; un día antes, otra cámara de
vigilancia registra el robo de un Spark en Cumbres de Himalaya.
En lo que va del mes, robos, asaltos y asesinatos se repiten
en Las Armas, San Francisco Chimalpa, Bulevares, Las Américas, Ciudad Satélite,
Echegaray, Lomas del Cadete y Nueva San Rafael.
El 5 de enero un motociclista es ejecutado en Las Armas. El 14
hay una balacera en la Basílica de los Remedios, repleta de peregrinos
y de asistentes a la misa de una quinceañera. A principios de ese mes se
viraliza el robo violento de una camioneta en el Circuito Poetas de Ciudad
Satélite: los asaltantes, con gorras rojas, despojan de la unidad a una mujer,
e incluso hacen un disparo al aire. El auto en el que se mueven es localizado
en Huixquilucan, pero no hay rastro de la camioneta robada.
En mayo de 2024 se descubrió que Eduardo Ramírez Tiburcio, El
Chori, uno de los líderes principales de la Unión Tepito, tenía su
residencia en Jardines de San Mateo y contaba con protección de policías
locales. Dos meses más tarde, en julio de ese año, en el área privada de un
restaurante de Polanco, fue aprehendido Néstor Arturo López Arellano, El
20, líder del Cártel Nuevo Imperio en Naucalpan, Huixquilucan,
Atizapán y Tlalnepantla.
La caída de estos líderes criminales (la Unión
Tepito había establecido una alianza con el Cártel Jalisco Nueva Generación)
desató una violencia nunca antes vista en el municipio. Tras la detención del
20 hubo 19 muertos en mes y medio. Solo entre agosto y octubre se registraron
40 homicidios, con un preocupante pico de violencia en San Antonio Zomeyucan y
San Esteban Huitzilacasco.
El 20 de agosto, en las cercanías del Campo Militar No. 1, un
comando acribilló a cinco jóvenes: tres murieron en un local, otro a bordo del
auto en el que intentaba huir del lugar y uno más de camino al hospital. Una
semana más tarde el cadáver de un hombre desnudo, maniatado y con una oreja
mutilada fue arrojado en una calle de San Antonio Zomeyucan.
Desde 2021, en un video subido a redes sociales, una célula
del Cártel Jalisco anunció su llegada a Naucalpan, aseguró que
sus integrantes habían sido enviados “desde la oficina central” para acabar con
El 20, del Cártel Nuevo Imperio, al que acusó de estar financiado por un
general.
El movimiento de vehículos de alta gama, la presencia de hombres
armados (un convoy provisto de armas largas fue grabado hace unos meses en
una colonia del municipio) muy pronto se volvieron inocultables, especialmente
en Satélite, una zona residencial con gran actividad comercial, en la que la
inseguridad se ha desatado sin freno.
El comisario Pablo Francisco Rosas renunció a la dirección de
seguridad del municipio unos días después de las pasadas elecciones, sin que se
hayan hecho públicas las razones. Había logrado contener una buena batería de
delitos. La confianza en la policía subió de 26.3 a 43.5 a lo largo de su
gestión. Su salida marcó un declive en la inseguridad. La segunda mitad de
2024 fue atroz para Naucalpan.
Al fin de la gestión de la panista Angélica Moya, el
nuevo alcalde de Morena, Isaac Montoya, denunció que de 474 vehículos al
servicio de la policía municipal, solo 120 estaban funcionando. Había 65 armas
extraviadas. De 1,949 elementos, solo 700 estaban activos y había además entre
10 y 20% de aviadores.
Para colmo, el nuevo subdirector de seguridad fue uno de los
detenidos durante el Operativo Enjambre.
Hace cinco meses un intento de extorsión a un comerciante de
la Zona Azul de Satélite terminó con una balacera a plena tarde, en una zona,
sembrada de bancos, restaurantes y todo tipo de negocios, que hervía a la hora
en que esto sucedió.
Desde entonces no hay respiro. El alcalde Montoya llegó
al municipio prometiendo seguridad. Le cambió el nombre a la Policía Municipal,
que ahora se llama Guardia Municipal. Y mientas llegan los resultados de la
Transformación, los vecinos se quejan: continúan las balaceras, los asaltos,
las ejecuciones y las extorsiones.
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