EL RETRATO DE UN FRACASO Y DE UN PAÍS ENFERMO
Por: Héctor De Mauleón
* Parte del horror de las fosas está en los objetos que
pertenecieron a las víctimas. Ropas, zapatos, llaves: fragmentos de vidas
Ciudad de México. 30 de enero de 2025. A finales de
diciembre, elementos militares del 35 Batallón de Infantería
detectaron una camioneta sin placas que se movía de manera sospechosa en el
tramo Casas Grandes-El Willy, en la zona serrana de Chihuahua.
Los tripulantes del vehículo se negaron a detenerse.
Se desató un intenso tiroteo. Al cabo, tres sujetos fueron detenidos con
armas de alto poder, cartuchos y cargadores.
Uno de estos fue identificado como “El Comandante”, del grupo
criminal La Línea. Tenía a su cargo a 80 sicarios. Se le hizo responsable de
la escalada de violencia que sacude esa zona.
Información aportada por “El Comandante” llevó al Ejército,
así como a integrantes de la comisión local de búsqueda de personas, hasta un
predio conocido como El Willy, ubicado en el ejido Ignacio Zaragoza.
Muy cerca de ahí, en el municipio de Ascensión, las
autoridades habían encontrado fosas clandestinas que contenían 11
cuerpos. Aquel descubrimiento iba a ser superado por los hallazgos realizados
en El Willy: en cuatro días de rastreo, entre el 21 y el 24 de enero,
fueron hallados 56 cuerpos, algunos aún en estado de descomposición, y una
aterradora colección de huesos: costillas, vértebras, pelvis.
Algunas osamentas presentaban huellas de impacto térmico.
En otros casos, era claro que las víctimas habían sido desmembradas.
Parte del horror de las fosas está en los objetos que
pertenecieron a las víctimas. Ropas, zapatos, llaves: fragmentos de vidas
amontonados junto a los huesos. Sin embargo, solo tres cuerpos fueron
identificados plenamente.
Prácticamente de manera simultánea, con unos días de
diferencia, la Comisión de Búsqueda del Estado de Jalisco y el
colectivo Luz de Esperanza trabajaron en una fosa clandestina descubierta el 13
de diciembre en el Salto Colorado, en el municipio de Zapopan.
A lo largo de un mes, en esa fosa fueron apareciendo bolsas
con restos humanos segmentados. Un total de 72.
Se determinó que 24 personas habían sido desmembradas e
inhumadas en la fosa del Salto Colorado. Algunas tenían reporte de
desaparición desde 2021. Solo una mujer y cinco hombres han podido ser
identificados.
Según el informe de atrocidades cometidas en México en 2024,
realizado por Causa en Común y basado en la revisión de 4 mil notas
periodísticas que dan cuenta del nivel de horror que se vive en este país, el
año pasado fueron localizadas en territorio nacional 244 fosas clandestinas.
Se trata solo de una manifestación de la barbarie en el México
atroz. El informe de esta organización pone los cabellos de punta. Durante los
últimos ocho meses del gobierno de Andrés Manuel López Obrador se
cometieron en México 3 mil 56 hechos atroces: asesinatos con tortura,
mutilaciones, descuartizamientos, destrucción de cadáveres, masacres,
calcinamientos, asesinatos de mujeres con crueldad extrema y asesinatos de niños,
niñas y adolescentes.
Durante los primeros meses del gobierno de Claudia
Sheinbaum, la ola de sangre dejada por su antecesor, creció. Causa en Común
registra en su informe, entre septiembre y diciembre de 2024 1,652 hechos
atroces.
En resumen: 1,186 asesinatos con tortura, 652 mutilaciones,
descuartizamientos y destrucciones de cadáveres, 505 asesinatos de mujeres con
crueldad extrema, 442 masacres, 224 asesinatos de niños, niñas y adolescentes,
190 calcinamientos, 85 intentos de linchamiento, 66 asesinatos de actores
políticos y 116 jornadas de violencia.
Según el estudio, en 2024 se cometieron 12 atrocidades cada
día y una masacre diaria. Cada día de ese año se registraron 3.2 asesinatos con
tortura, y 1.7 casos de mutilación o descuartizamiento.
El peor mes fue julio, cuando se registraron 504 hechos
atroces. Siguieron octubre (448), noviembre (435), febrero (428), enero (410) y
diciembre (409).
No hubo un rincón de México que se quedara al margen del
horror. Por el informe desfilan atrocidades cometidas en Cuautla,
Heliodoro Castillo, Chilapa, Acapulco, Huehuetán, Tecolotlán, Zapopan,
Tlaquepaque, Jacona, Chilchota, Tijuana, Caborca, Hermosillo, Ciudad
Juárez, Yuriria, Chalco, Macuspana... Una galería del terror que se
concentra sobre todo en Guanajuato, Guerrero, Sinaloa, Jalisco y Baja
California, y que exhibe el pavoroso fracaso en materia de seguridad que
devora ciudades y pueblos, y es también el espejo del grado de descomposición
al que la sociedad mexicana ha llegado: el retrato de un fracaso, pero también
el retrato de un país horrorosa, pavorosamente enfermo.
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