EL ORGULLO DEL NEPOTISMO DE AMLO
*Para López Obrador la ruta del obradorato rumbo al 2030
está muy clara; falta ver cómo se despedazan las tribus morenistas en el
larguísimo tiempo que falta para esa fecha.
Ciudad de México, 25 de septiembre de 2024. Se llena la boca
el presidente cuando denuncia al Poder Judicial del nepotismo que existe entre
los jueces, pero cuando se trata de sus hijos, pues se queda callado, aunque
ahora a unos días de que termine su mandato se atrevió a revelar que su hijo
‘Andy’ heredara la estructura de Morena, en momentos que se aprestan a relevar
sus cuadros directivos con la salida de Mario Delgado.
“Quiere Andrés “ayudar a consolidar” a Morena y para ello
tendrá que ser su hijo quien lleve las riendas de su instituto político, y por
consiguiente el próximo candidata a la presidencia de México.
Así como José López Portillo, cuando fue presidente
(1976-1982), nombró a su hijo José Ramón como subsecretario, aludiendo que su
vástago era el orgullo de su nepotismo, así como ahora también lo ha hecho AMLO
a 5 días de que deje el cargo, no con una declaración cínica como la de López
Portillo, pero sí con la intencionalidad política para lanzar un dardo venenoso
al nuevo proyecto de gobierno.
En 1981, se defendía López Portillo por el nombramiento de
su hijo al argumentar que “era parte de una libertad que nuestro sistema
democrático me da, bajo mi responsabilidad personal, porque respondo de los
parientes míos que realizan una función pública”, podría decirse que es “el
orgullo de mi nepotismo”, se jactaba el presidente que defendió el peso como un
perro.
Podrán decir algunos, en descargo, que una posición
partidista no se le puede negar a su hijo, pero para esos ilusos les diremos
que la intencionalidad política del tabasqueño es precisamente incorporarlo a
Morena en una dirección de poder, como es la Secretaría General del Comité
Ejecutivo Nacional, para que, desde ahí, empiece a construir su camino, con el
control de esa franquicia, hacia la candidatura presidencial. De hecho, varios
consejeros tabasqueños de ese partido impulsan su candidatura.
El presidente aludió a un compromiso de que sus hijos no
participaran en política durante su sexenio y dice que lo cumplió, aunque nada
dijo del tráfico de influencias del que han sido denunciados por diversas
organizaciones de la sociedad civil y periodistas.
Claro que puede hacer eso y más el presidente, al fin y al
cabo se cree dueño del gobierno, de Morena, del Poder Judicial, del Poder Legislativo
y de todo el país, aunque eso de impulsar a su hijo desde ahora para que sea el
sucesor de Claudia Sheinbaum, sin el mayor recato y cuidado de las formas y del
respeto que le debe a la próxima titular del Poder Ejecutivo nacional, pues
habla en mucho de la creencia que podrá mangonear a quien se deje.
Recordar es vivir. Durante 2022, el presidente López Obrador
estuvo internado por varios problemas serios de salud que lo obligaron,
incluso, a escribir su testamento político que buscaba garantizar la
continuidad de la transformación y evitar la ingobernabilidad, en el que
incluyó una sugerencia sobre quien podría ser su sustituto, en caso de faltar,
aunque en ese momento no se conoció el nombre.
“Cuando iba a ser intervenido por el cateterismo y por
responsabilidad, agregue un texto, por si fallecía para actuar
responsablemente”.
El presidente fue diagnosticado con gota, hipertiroidismo y
angina inestable de riesgo grave y, por ello, al sentir la calaca de cerca
dictó su testamento político, en el cual apuntaba a dos personas para quedarse
al frente de la Nación, a decir de sus cercanos, Claudia Sheinbaum y José Ramón
López Beltrán.
Y ahora con los últimos acontecimientos, se confirma esta
versión, ya que, por un lado, será la doctora su sucesora, al ganar
abrumadoramente la elección presidencial y Andy López Beltrán su relevo en el
2030.
Como siempre, qué necesidad tenía AMLO de presumir su
nepotismo, si tan solo bastaba esperar unos días a que, durante el proceso de
renovación de Morena, se anunciara el nombramiento de su vástago.
Para aquellos ingenuos que le creen a Andrés Manuel que a
partir del 1 de octubre se alejará de la política, esta es otra señal de que
mantendrá el pleno control de su partido Morena con la inclusión de su hijo en
el nuevo Comité Ejecutivo Nacional, además, claro está, de que intentará dictar
indicaciones al más alto nivel, aunque esto dependerá de qué tanto le harán
caso.
Para López Obrador, la ruta del obradorato rumbo al 2030
está muy clara; falta ver cómo se despedazan las tribus morenistas en el
larguísimo lapso de tiempo que falta para esa fecha y cómo los nuevos actores
políticos afines a la presidenta se colocan en las posiciones políticas para
que, llegado el momento, sean incorporados en la pasarela de elegibles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario