ARTURO ÁVILA, FLAMANTE VOCERO DE MORENA NO DEJA DE
SER SEÑALADO COMO UN VULGAR CORRUPTO
*Al interior de Morena, no deja de latir la sangre corrupta que le da vida a todas sus arterias.
Ciudad de México, 19 de septiembre de 2024.-El Diputado Arturo Ávila, vocero de Morena en la Cámara de Diputados. Hoy se pavonea y se envuelve en un lecho de honradez que hasta muchos quisieran creerle, sobre todo porque grita a los cuatro vientos que Morena representa, el combate a la corrupción y la pureza de la política mexicana.
Sin embargo, al flamante Diputado Federal Arturo Ávila
Anaya, piensa que a la sociedad ya se le olvido que en mayo de 2019 la
Auditoría Superior de la Federación, el máximo órgano fiscalizador del dinero
que manejan las entidades del país, evidenció actos que llegaron a catalogarse
como fraude y corrupción, y que involucra directamente al entonces candidato de
Morena Arturo Ávila la Presidencia Municipal de Aguascalientes, Ávila. Anaya a
través de la empresa IBN Industrias Militares y de Alta Tecnología
Balística S.A. de C.V., habría pactado con el gobierno del priista
Carlos Lozano de la Torre, millonarios contratos para la adquisición de
productos que incluso no corresponden al giro comercial que se dedica. También
está el caso de ventas en las que sólo facturó pero nunca se entregaron los
artículos.
La mayoría de las ventas que concretó Ávila, fueron sin un
proceso de licitación de por medio, privando la discrecionalidad y dejando sin
control la supervisión y la calidad de los productos adquiridos por el anterior
gobierno.
La Auditoría Superior de la Federación puso la alerta por
más de 50 contratos por un monto total que supera los 105 millones de
pesos, y sacando a la luz el tráfico de influencias del morenista en
colusión con el ex gobernador Carlos Lozano de la Torre, de quien además
prevalece la sospecha de ser el verdadero dueño de esa empresa que inició
operaciones de manera irregular en un hangar del Aeropuerto Internacional
“Jesús Terán”.
En aquel entonces, la Auditoría Superior de la Federación
busco muebles de oficina y estanterías que nunca entregó la “empresa” cuyo
dueño era Arturo Ávila, y que asciende a casi dos millones de pesos.
De acuerdo a la auditoría practicada el 24 de agosto del año
2015, se presentaron facturas por venta de uniformes y chalecos antibalas por
casi un millón 400 mil pesos, pero en las bodegas de la Dirección de
Reinserción Social, perteneciente a la Secretaría de Seguridad Pública, ese
material ya formaban parte de inventarios anteriores, lo que se catalogó como
una compra simulada, es decir corrupción pura, que involucra al impoluto
Diputado y flamante vocero de la 4T.
Del dinero destinado para la seguridad pública para IBN
Industrias Militares, también se desviaron recursos para pagar facturas
relativas a la compra de equipos y aparatos audiovisuales por más de 68 mil
pesos a la “Casa de Música Santa Cecilia”, que tampoco es su giro e igual que
lo anterior, no se encontraron en el inventario.
Los evidentes actos de fraude y corrupción no
corresponden a una guerra sucia de la Auditoría Superior de la Federación
contra el candidato a Presidente Municipal por MORENA, sino que constituye una
evidencia más de los malos manejos que hubo en su momento y por los que aún
falta que se rindan cuentas y se clarifiquen aquéllos negocios que se
gestaron entre el gobierno de Carlos Lozano y Arturo Ávila, quien no deja
de ser señalado como uno de sus prestanombres.
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