MORENA, EL LOBO DE MORENA
Roberto Rock L.
Cada día trae más evidencias de que la Cuarta
Transformación (4T) que enarbola el presidente López Obrador corre
el riesgo de llevar en su raíz la semilla de su propia destrucción. No serán
quizá los partidos de oposición, sino sus corrientes internas las que frenen al
movimiento político con mayor soporte social exhibido en la etapa moderna del
país. Y el catalizador para ello lo puede constituir Morena, un partido que no
acaba de nacer, que simula avanzar, pero hasta ahora su empuje lo lleva a
morderse la cola, a devorarse a sí mismo.
La convulsión permanente del partido que alcanzó la Presidencia de
la República apenas cuatro años después de ser creado, en su primera prueba
ante las urnas de 2018, entró ayer en un nuevo foso bajo el amago del tribunal
electoral de frenar la encuesta que desarrolla el Instituto Nacional
Electoral (INE) para permitirle al morenismo contar con un nuevo
dirigente.
Este episodio encierra una descarnada disputa por el
poder. En esta ocasión la polémica regresó (ha estado ahí una docena de
ocasiones) al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación
(TEPJF), seleccionado por los múltiples liderazgos de Morena como arena
para dirimir una mezcla explosiva de ansias de poder, oportunismo galopante y
radicalización ideológica. “¡Al carajo los oportunistas (en Morena)!”, clamó
apenas hace unos días López Obrador. Pero el oportunismo se aceleró.
Esta hora oscura es protagonizada por el propio presidente del tribunal, Felipe Fuentes Barrera, que con un proyecto de sentencia estrafalaria no está teniendo empacho en arrastrar a la institución (el equivalente electoral a la Corte… lo que a estas alturas quiere decir cada vez menos) hacia un mar de contradicciones puestas de manifiesto por sus propios pares, entre ellos los magistrados Janine Otálora y Reyes Rodríguez Mondragón.
Fue el dirigente interino de Morena, Alfonso Ramírez
Cuéllar, quien llevó ahora a las manos de los jueces lo que nunca debió
salir de las estructuras de ese partido. Una demanda que parece producto de la
desesperación que busca frenar las encuestas ya en marcha bajo la supervisión
del INE.
Los dos principales contendientes, Mario Delgado y Porfirio
Muñoz Ledo, han condenado esta especie de golpe de mando al que se ha prestado
el TEPJF, que ayer no pudo llevar a votación la propuesta de Fuentes Barrera
para abortar el proceso por no encontrar condiciones internas para ello.
El INE debe dar los resultados de la encuesta el próximo
sábado. Nadie sabe lo que ocurrirá en el breve lapso que media hasta entonces.
Es difícil imaginar que en estas horas alguien pueda defender el hecho de que
Morena se haya vuelto el lobo de Morena.