CORRUPCIÓN POLICIAL, LA OTRA EPIDEMIA QUE TODOS LOS DÍAS SACUDE AL ESTADO DE MÉXICO
Por: Rodolfo
Rodríguez C.
El comisario
José Guadalupe Becerril Pedraza coordinador en la zona oriente, que comprende
las subdirecciones oriente y Texcoco, se ha convertido en un vulgar delincuente
debido a que ordena a los jefes de servicios del FAR, hacer acuerdos con los
secretarios y locatarios de los diferentes mercados de la zona oriente, para
rentar a uniformados del agrupamiento como elementos de seguridad privada.
El comisario
Becerril Pedraza obtiene 2 mil pesos por semana de cada uno de los mercados, a
los que se les mandan dos elementos policiacos diariamente para que les brinden
seguridad, es decir, los elementos policiacos reciben un sueldo producto de los
impuestos de los ciudadanos, sin embargo, son alquilados para engordar los
bolsillos de los jefes policiacos.
El jefe de servicios
del FAR en Neza, cobra 3 mil 500 pesos semanales a por lo menos 20 mercados
instalados en Ciudad N
ezahualcóyotl y Chimalhuacán, y el mismo, es el encargado
de mandar a los elementos policiacos todos los días a cuidar esos mercados, sin
embargo, si alguno de los oficiales se reúsa a cumplir la orden, son castigados
y hostigados hasta que terminan siendo dados de baja.
De igual
manera el comisario José Guadalupe Becerril, ordena al Jefe regional de Texcoco
a Víctor Manuel Trejo Lineal, mandar
elementos policiacos a cuidar la termoeléctrica instalada en el municipio de
Texcoco, puesto que obtiene 5 mil pesos semanales por parte de los dueños de la
empresa. De igual manera, ordena se instalen retenes a lo largo de la carretera
México Texcoco, no con el propósito de inhibir la delincuencia, sino con el propósito
de detener a conductores que por miedo o desconocimiento se dejan intimidar y
robar por los uniformados, que todos los días implantan el terror sin ningún recato,
en otras palabras, el jefe Becerril ha convertido a los elementos de la corporación
policiaca de la zona oriente, en auténticos delincuentes con charola.
Ya son
muchos los llamados que se le han hecho a Gobernador priista Alfredo del Mazo
Maza, para que frene las raterías de la policía estatal, pero por lo visto es un
gobernador que no ve, ni escucha. Del Mazo, el niño bonito, se colocó una
careta democratizadora que no le queda y la gente se ha dado cuenta del error
que cometió al votar por el PRI, en las pasadas elecciones.
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