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sábado, 22 de agosto de 2020

 

EL CABALLO, EX MANDO DEL FAR NO LLEGÓ AL SUR, SE APADRINÓ CON IVÁN ALCÁNTARA
 

*Chávez García en entredicho

Por J. MARTIN PONCE R.

TOLUCA, Méx.- La orden tajante del general Sergio Hernando Chávez García, subsecretario de la policía estatal (SSEM), de hacer otra de sus famosas limpias y sacudidas, ahora en el Agrupamiento Fuerza de Apoyo y Reacción (FAR) IV-Tenancingo, quedó en un intento, en mera pose, porque quedó demostrado que no tiene don de mando ni mano fuerte, luego de que un mando inferior, pero muy “influyente y poderoso”, se pasó por entre las piernas su disposición.

De nueva cuenta quedó demostrado que Chávez García es un títere del dinero, que lo mueven los hilos del billete y por ello, la seguridad pública en el Estado de México está en su nivel más alto de corrupción, solapada esta situación por su jefa Maribel Cervantes Guerrero, y el gobernador Alfredo del Mazo, quienes saben perfectamente que el subsecretario de la SSEM, forma parte de la delincuencia de cuello blanco.

El general carece de energía. En la institución manda la corrupción, el entre, el billete, el baile, la impunidad, la transa y el gran negocio de la policía “voladora”, la que cobra sin trabajar, pero deja la mitad de su sueldo para los altos mandos y, de la cual, se puede hablar de cifras millonarias.

Recientemente en otro fallido intento del general Chávez García, para demostrar su fuerza al interior de la institución, de que sí “trabaja” e impone mano dura, quedó expuesto, exhibido como un auténtico pelele, cuando el pasado 7 de julio ordenó mediante el oficio 20601A00USPE/4739/2020 que el policía tercero José Antonio Jurado Millán, alias el Caballo, quien se venía desempeñando como jefe de Servicios del Agrupamiento FAR, fuera movido de ese cargo.

El documento señala que a partir de esa fecha quedaría adscrito como elemento en el Grupo de Intervención Policial (GIP) V en Amatepec. La orden, al menos en el texto sonaba contundente, pero el oficial Iván Alcántara Luna, coordinador de subdirecciones Ixtapan, leyó el documento y lo hizo bolita. Se burló de la orden de su jefe, el general Chávez García y supo mover los hilos y evitar que su amigo El Caballo pisará el sur de la entidad, zona considerada por la policía estatal, como el infierno o zona de castigo.

De esta forma logró dejar al “El Caballo” como elemento en el GIP IV-Tenancingo bajo el mando del jefe de Servicios Juan Carlos Peñafiel Alva.

La irracional y calenturienta actitud del general Chávez García, es otra más que queda en el camino. No tiene don de mando, pero sí huele donde hay dinero y por ello, desde que llegó, se ha dedicado a mover al personal, a la tropa, a varios mandos a donde le convenga a su bolsillo, a ganar dinero sucio que, sin duda, de ahí salpica a su jefa Maribel Cervantes, titular de la SSEM.

Esta locura por el dinero sucio que tiene el general, levantó un oleaje de protestas e indignación por elementos de diferentes agrupamientos que recientemente fueron cambiados a otras regiones como Toluca, Valle de México, Ecatepec, Oriente, Volcanes y Tejupilco, por lo que exigieron en alusión al famoso y mañoso “Caballo” Jurado, que esos cambios deben cumplirse y ser parejos, "o todos coludos o todos rabones" y no se apliquen sólo en la tropa, la cual, recientemente realizó un bloqueo en el Paseo Tollocan –en ambas direcciones-, para manifestar su rechazo a los constantes cambios de adscripción.

Denunciaron que elementos que viven en Naucalpan y otros municipios aledaños en zona norte y oriente, los manden a trabajar a la zona sur del estado donde predomina el narco y donde éste impone su ley. Muchos compañeros han sido víctimas de esta mafia, pero sobre todo, el costo de ir a trabajar hasta esa zona es alto, además, gasto de alimento y, lo peor, que los espacios que les destinan a ellos para descansar, son auténticas barracas insalubres.

Desafortunadamente queda demostrado que en la corporación "el que tiene más saliva, traga más pinole", o el que es más corrupto y tiene más “amigos” es quien gana, pues así ocurrió en este caso del intocable “Caballo” de quien se sabe que el favor que le hicieron no fue gratuito: pagó fuerte cantidad de dinero a su jefe Iván Alcántara Luna para que lo aguantara en Tenancingo. Al menos, así lo presumió el propio Jurado Millán quien llegó al grado de gritar que el oficio de cambio del general sólo le sirvió para "limpiarse el trasero".

Finalmente, gran cantidad de policías inconformes al enterarse que el Caballo tiene buen padrino se pronunciaron en contra y acabar con privilegios a ciertos mandos como el Caballo y, sobre todo, también se pronunciaron porque se terminen los abusos de poder del general Chávez García de quien dijeron que de "policia" tiene lo que el burro de astronauta. "Ya demostró que no da el ancho para dirigir una corporación, pero los mañosos ya le tomaron la medida".

RATERO Y HOCICÓN

La corrupción en ocasiones tiene rosto y apellidos y, en este caso donde se tendió el manto protector al Caballo Jurado, fue gracias a su amigo Alcántara Luna, ambos, piezas medulares en la corrupción y negrísima historia que hay en el agrupamiento FAR IV.

En dos ocasiones el Caballo fue jefe de ese agrupamiento. La segunda de ellas ocurrió el 4 de junio de 2018 cuando relevó a Javier Díaz Cabrera, el Javicho, quien tenía la mala maña de quedarse con las tarjetas de combustible y tenía gran cantidad de policías “voladores”, éste un gran negocio, pero gracias a las denuncias de los elementos afectados de este agrupamiento que alzaron la voz, el citado Javicho fue enviado castigado al norte de la entidad, en Atlacomulco, como simple elemento.

Mientras tanto el Caballo Jurado, viejo lobo de mar desde 1996 en que ingresó a la corporación, aprendió que para mantenerse en un cargo hay que repartir dinero, y por ello, embarró las manos de dinero sucio a coordinadores, subdirectores y jefes de Región, debido a que todos los grupos tácticos como el FAR, ASES y GIP son la "caja chica" de los altos mandos. El dinero alcanza para todos. De ahí la religión del general Chávez García, quien sabe perfectamente cómo corre el dinero en los distintos agrupamientos.

Por ello cuando Jurado Millán se enteró que tendría que entregar el mando del FAR al policía primero Fausto Vásquez Morales, tragó saliva al ver que el negocio se le venía abajo, afirman los enterados que en un principio se negó a cumplir la orden, pero finalmente la aceptó y cumplió.

La orden cayó como balde de agua fría al Caballo si se toma en cuenta que este individuo había convertido al FAR Tenancingo en un auténtico feudo de corrupción donde el robo de combustible de las unidades y otras "ganancias" extras le permitieron, desde junio del 2018, darse la gran vida.

Todos sabían que el Caballo tenía ocultas varias unidades en un predio rentado de la colonia de los Maestros, junto a La Manzanita, donde el mando corrupto también se quedaba como el Javicho con las tarjetas de combustible para su beneficio, incluso se sabe que muchas de esas patrullas ya no sirven pero, aun así, el Caballo sacaba buen provecho, pero todo ello con el conocimiento de su padrino el coordinador Iván Alcántara Luna, quien le permitió despacharse con la cuchara grande y, al mismo tiempo, trabajar con toda impunidad. Otro negocio productivo del hoy relevado jefe policiaco, cuya clave era Negro IV, fueron los voladores.

El Agrupamiento FAR cuenta con dos turnos A y B, cada uno tiene 88 elementos, de los cuales, sólo trabajan 17 elementos por turno, los demás uniformados como es costumbre en la Secretaría de Seguridad del Estado de México (SSEM) pagan 2 mil 500 pesos por quincena para ausentarse del trabajo, lo que era un fabuloso negocio para el multicitado Caballo. Sin embargo, nada es eterno y menos aún en la dependencia donde por fin el Caballo dejó de relinchar al ser relevado del cargo el pasado 7 de julio.

 

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