OTRA MUERTE SOSPECHOSA EN GRUPO ATLACOMULCO
Luis Miranda Cardoso, asesinado en su domicilio el martes
11, fue presidente del Poder Judicial del Estado de México de 1994 a 2005, por
lo que acompañó los mandatos de tres gobernadores del llamado Grupo Atlacomulco
e influyó fuertemente el periodo de otro, Enrique Peña Nieto, por conducto de
su hijo, Luis Miranda Nava, hoy sujeto a investigación por la Unidad de
Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda.
Miranda Cardoso nació en Jocotitlán, a sólo 20 minutos de
Atlacomulco. Estudió la primaria en la escuela Coronel Filiberto Gómez, la del
pueblo, y la secundaria en la Escuela de Artes y Oficios, en Toluca, entre 1952
y1955. Cuando la preparatoria sólo duraba un año, la cursó en la Universidad
Autónoma del Estado de México (UAEM).
Para abrirse paso entre las élites de la capital, Miranda
Cardoso optó por la carrera de derecho, que estudió entre 1958 y 1963 en la
Facultad de Jurisprudencia. Se tituló con la tesis La problemática del juicio
de desahucio.
Posteriormente se convirtió en académico de tiempo completo en la UAEM, donde permanecería de 1970 a 2009, lo que desde muy joven le permitió estrechar convenientes relaciones con políticos del PRI. Por sus cátedras (Teoría General del Proceso, Teoría General de los Contratos, Derecho Civil, Derecho Mercantil y Clínica Procesal) pasaron varias generaciones de abogados priistas que después destacaron en la política.
Uno de sus pupilos fue César Camacho Quiroz, a quien también
formó Emilio Chuayffet. En sus respectivas gubernaturas ambos encumbraron a Miranda
en el Poder Judicial del estado, aprovechando que éste ya tenía carrera
judicial como secretario de acuerdos del pleno del Tribunal Supremo de Justicia
del Estado de México y de la Primera Sala Civil desde 1964, año en el que
también laboró en el Juzgado Segundo Penal.
Llegó al máximo cargo del Poder Judicial en 1994, cuando Chuayffet, electo para el periodo 1993-1999, ya era gobernador. Al dejar el cargo en julio de 1995 para irse al gobierno federal, Chuayffet se lo heredó a César Camacho y éste, a Arturo Montiel.
Un poder subordinado
Periodistas y abogados de su época no recuerdan ninguna
acción relevante de Miranda, salvo la de iniciar el aumento desproporcionado de
los sueldos de magistrados y jueces, que prevalece hasta nuestros días.
Arturo Chavarría Sánchez, integrante del Colegio de
Arquitectos y Urbanistas del Estado de México, señala que a instancias de
Camacho y Montiel, Miranda lanzó un fuerte programa de expansión del Poder
Judicial y mandó construir docenas de juzgados y alrededor de 25 edificios, de
cuyas obras se beneficiaron constructoras de familiares, amigos, compadres y
políticos de los gobernadores en turno.
Chavarría Sánchez, actual regidor de Toluca, agrega que con Miranda Cardoso no pasaba ninguna demanda contra excesos del poder, despojos, abusos de autoridad y violaciones a los derechos humanos: esos recursos se alargaban y al final eran sobreseídos.
Rosendo Marín Díaz, diputado local del PRD entre 1997 y
2000, hoy de Morena, concuerda con Chavarría: Miranda Cardoso facilitó desde el
Poder Judicial los excesos del poder y la criminalización de la lucha social en
el Estado de México, lo que a la larga, dice, le sería premiado también a su
hijo, el exsecretario de Desarrollo Social Luis Miranda Nava.
Al concluir el sexenio de Camacho Quiroz, a la postre
senador y dirigente nacional del PRI, a Miranda Cardoso le tocó darle la
bienvenida al gobernador Arturo Montiel Rojas (1999-2005), originario de
Atlacomulco, y a quien acompañaría en su dura política de impartición de
justicia: “Los derechos humanos son para los humanos, no para las ratas”.
Con Montiel se iniciaron las detenciones arbitrarias masivas
y el abarrotamiento de las cárceles con procesos judiciales fabricados que
persiste hasta nuestros días, recordó a propósito de una iniciativa de amnistía
estatal Adrián Ramírez, presidente de la Liga Mexicana de Defensores de
Derechos Humanos.
Nepotismo y corrupción
Miranda Cardoso será recordado también por la polémica
figura de su hijo Luis Miranda Nava, a quien le abrió paso para una rápida
carrera política desde que lo infiltró en el equipo del entonces gobernador
Enrique Peña Nieto para formar parte de los Golden Boys.
Cuando Miranda Nava era secretario general de Gobierno de
Peña Nieto en el estado, convirtió a su padre en el notario público 166. En
noviembre de 2010 publicó el acuerdo correspondiente en la Gaceta de Gobierno.
Comenzó así su propia carrera, marcada por escándalos y sospechas de
corrupción.
Hasta el momento la Fiscalía General de Justicia del Estado
de México (FGJEM) no ha dado a conocer ningún avance significativo en el
esclarecimiento del homicidio de Miranda Cardoso, más allá de la hipótesis
inicial de un robo como móvil del crimen. Para Rosendo Marín, entre otros, el
homicidio es tan sospechoso como la muerte de Gerardo Ruiz Esparza y el de
Mónica Pretelini, todos ellos cercanos al Grupo Atlacomulco.
El miércoles 12, un día después de que su cuerpo fuera
localizado en el interior de su residencia de la Colonia Sánchez, Miranda
Cardoso fue sepultado en el panteón municipal de Toluca. Fue notoria la
ausencia de los líderes del Grupo Atlacomulco y del PRI.
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