LA 4T ENTREGA LA SEGURIDAD AL CRIMEN ORGANIZADO
* Transporte público, territorio del miedo: 4 mil asaltos, un
secretario bajo sospecha y un gobierno sin rumbo
Por: EXPEDIENTE SECRETO
TOLUCA, Estado de México. 20 de octubre de 2025.– Subir a un
camión en el Estado de México se ha convertido en un acto de valentía. Cada
día, miles de usuarios enfrentan el riesgo de ser asaltados, golpeados o
incluso asesinados en el transporte público. Las cifras oficiales son
devastadoras: de enero a septiembre de este año se registraron 4 mil 339
denuncias por robo en transporte público, según el Secretariado Ejecutivo del
Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
De esos delitos, el 83.5% fueron cometidos con violencia
armada, es decir, por personas que operan con total impunidad, exhibiendo armas
de fuego y sometiendo a pasajeros y conductores. Esto representa un promedio de
15.8 asaltos diarios en las calles, avenidas y carreteras mexiquenses, una
cifra que evidencia el colapso de la seguridad en la entidad.
MUNICIPIOS MÁS INSEGUROS: LA RUTA DEL TERROR
Los datos revelan que el 70.3% de los asaltos denunciados se
concentran en apenas diez municipios: Ecatepec, Naucalpan, Nezahualcóyotl,
Toluca, Cuautitlán Izcalli, Tlalnepantla, Los Reyes La Paz, Valle de Chalco,
Coacalco y Tecámac.
Ecatepec, bastión morenista, encabeza la lista con 596 casos,
seguido de Naucalpan (516), Toluca (314), Nezahualcóyotl (308) y Cuautitlán
Izcalli (310). A ellos se suman Tlalnepantla (299), Los Reyes La Paz (198),
Valle de Chalco (195), Coacalco (168) y Tecámac (150).
Cada número es una historia de miedo. Los pasajeros narran
escenas repetidas: entre dos y tres sujetos abordan el camión fingiendo ser
usuarios, se colocan en puntos estratégicos y, una vez en movimiento, sacan
armas, gritan amenazas y ordenan entregar todo. “Uno de ellos le apunta al
chofer para que no se detenga, los otros recogen celulares y carteras en
mochilas”, relata un usuario que viaja diariamente de Chalco a la Ciudad de
México.
Un ejemplo de la brutalidad con la que operan ocurrió el
pasado 15 de octubre, cuando tres sujetos armados asaltaron una unidad en
Cuautitlán Izcalli, a la altura de la colonia La Quebrada. “Uno disparó al
techo del camión. Todos nos tiramos al piso. Sentí que en cualquier momento
alguien moriría”, contó una víctima del atraco, quien todavía tiembla al
recordar el sonido del disparo.
TARIFAS MÁS CARAS, SEGURIDAD INEXISTENTE
La indignación ciudadana creció tras el incremento del pasaje
mínimo de 12 a 14 pesos, implementado el 15 de octubre, apenas unos días
después del corte del SESNSP. Los usuarios consideran el alza una ofensa, pues
el servicio no sólo no mejora, sino que se ha vuelto cada vez más peligroso.
“Nos cobran más por viajar con miedo”, dice Juan Rodríguez,
trabajador de la zona industrial de Toluca. “Los operadores también tienen
miedo, los choferes ya ni quieren levantar pasaje en ciertas rutas. Y las
autoridades ni se asoman”.
Aunque los asaltos registrados bajaron ligeramente respecto a
2024 (de 4 mil 757 a 4 mil 339), expertos en seguridad advierten que la
reducción no obedece a una mejora real, sino al creciente desinterés de las
víctimas por denunciar, ya que, según usuarios, “no sirve de nada, nunca
agarran a nadie”.
DELFINA Y SU SECRETARIO BAJO SOSPECHA
El panorama se vuelve aún más sombrío cuando se revisa quién
encabeza la seguridad en el Estado de México. El secretario de Seguridad
estatal, Cristóbal Castañeda Camarillo, no es un desconocido en los círculos
del poder… ni en los reportes de inteligencia.
Castañeda es teniente coronel del Ejército y fue secretario de
Seguridad Pública en Sinaloa, primero con el priista Quirino Ordaz y luego con
el morenista Rubén Rocha Moya. Durante su gestión en esa entidad, el informe de
Guacamaya Leaks filtró documentos de la Secretaría de la Defensa Nacional
(Sedena) donde se advertía que Castañeda habría sido un infiltrado del Cártel
de Sinaloa, a quien presuntamente avisaba sobre operativos federales para
proteger a células vinculadas a Ismael “El Mayo” Zambada y a Los Chapitos,
hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
A pesar de estas alarmas, la gobernadora Delfina Gómez Álvarez,
emanada de Morena, lo nombró secretario de Seguridad del Edomex en junio de
2024, tras la renuncia de Andrés Andrade. Desde entonces, los índices de
inseguridad no sólo no han mejorado, sino que en algunos municipios se han
disparado los casos de extorsión, cobro de piso y homicidios dolosos.
MORENA SIN EXCUSAS
Hoy, cuando Morena gobierna la mayoría de los municipios
mexiquenses y también el propio Estado, ya no hay pretextos. Durante años, sus
dirigentes culparon al PRI y al PAN por la violencia; prometieron acabar con la
corrupción policial y devolver la paz a los ciudadanos. Sin embargo, las cifras
desmienten el discurso.
La violencia se mantiene, la impunidad es total y la población
vive secuestrada entre la incompetencia gubernamental y el miedo cotidiano. Los
mismos que exigían “un cambio verdadero” hoy son responsables de un estado
donde los criminales dominan las calles y los pasajeros pagan el precio con su
vida y su salario.
LA PREGUNTA INCÓMODA
Si el Cártel de Sinaloa tuvo acceso a información privilegiada
en Sinaloa gracias a la filtración de su entonces secretario, ¿qué puede
esperarse ahora en el Estado de México, una de las entidades más estratégicas
del país para el narcotráfico y el trasiego de armas y dinero?
La respuesta podría explicar por qué los homicidios, las
desapariciones y el tráfico de drogas no ceden, y por qué la delincuencia
parece actuar siempre un paso adelante de la autoridad.
Al final, la 4T prometió
seguridad y justicia, pero en el Estado de México sólo ha entregado terror,
impunidad y complicidad