CON LA LLEGADA DEL EX PRIISTA ERUVIEL ÁVILA A LA 4T TODOS
SUS PECADOS HAN SIDO PERDONADOS
*Ala sociedad no le debe de caer de raro que Morena señale al
ex priista como un ejemplar político del Estado de México.
Atlacomulco, EdoMéx. Santiago Acutzilapan, 25 de
diciembre de 2024. Una comunidad que ha enfrentado históricamente carencias en
materia de salud, asegura que no tienen con fianza en la gobernadora Delfina
Gómez Álvarez, puesto que la estructura de un hospital que prometía ser de
punta y moderno, iniciado por el ex gobernador priista Eruviel Ávila, termino
en ruinas y abandonado.
La obra fue anunciada en el 2012 con una inversión
inicial de 15 millones de pesos y proyectado para concluirse en
dos años, sin embargo, el hospital hasta la fecha permanece abandonado,
convertido en un esqueleto que seguramente solo sirvió para que el ex
gobernador se robara cientos de millones de pesos. En el lugar, se puede observar
bloques de cemento, varillas, así como una estructura en obra negra.
La obra, que años después alcanzó un presupuesto acumulado
de 100 millones de pesos, debía aliviar la saturación de los hospitales en
Atlacomulco y garantizar servicios médicos de calidad a las familias de
Santiago Acutzilapan y comunidades aledañas. Sin embargo, la realidad ha sido
otra.
La situación no es nueva. Los hospitales de Atlacomulco, a los
que recurren los habitantes de Santiago Acutzilapan, operan al límite de
su capacidad. El personal médico ha denunciado constantemente la falta de
insumos, la sobrecarga laboral y la falta de formalidad en sus
contrataciones.
Estas deficiencias afectan no solo a quienes buscan atención médica,
sino también a los trabajadores del sistema de salud, quienes enfrentan
desafíos diarios para brindar un servicio adecuado.
En medio de este panorama, la gobernadora del Estado de
México, Delfina Gómez, seguramente igual que Eruviel Ávila “recurre a la
mentira” al anunciar recientemente que su administración rescatará y
concluirá el hospital.
Los habitantes de la citada comunidad, han recibido el anuncio
con incredulidad, debido a que consideran que esta promesa puede que nunca se
cumpla, o que inclusive podría tardar muchos años para concretarse.
El hospital de Santiago Acutzilapan no solo simboliza la falta
de atención gubernamental a las necesidades de la región, sino
también el impacto de las políticas inconclusas en la vida cotidiana
de miles de personas.
En esta comunidad, las necesidades médicas son urgentes, las mujeres
tienen que viajan muchos kilómetros para tener consultas pediátricas, los
adultos mayores carecen de atención cercana, y los pacientes crónicos enfrentan
largos pelegrinares en condiciones muy precarias.
La estructura, que alguna vez fue un proyecto ambicioso, hoy
permanece como un recordatorio de la distancia entre las promesas
incumplidas, las mentiras gubernamentales y los hechos, que hablan de la
calidad moral de los funcionarios del EdoMex, los de antes y los actuales.
Mientras la gobernadora Delfina Gómez, se encuentra
despilfarrando dinero por todos lados, disfrutando de una blanca navidad. La
comunidad de Santiago Acutzilapan enfrenta otro invierno sin un hospital, con
la incertidumbre de cuánto tiempo más tendrán que esperar para tener una atención
medica digna.
En 2012, cuando se anunció la construcción del hospital en
Santiago Acutzilapan, el entonces gobernador del Estado de México era Eruviel
Ávila Villegas, quien ocupó el cargo desde el 16 de septiembre de 2011 hasta el
15 de septiembre de 2017.
Sin duda, el ex priista y ex gobernador de la entidad
mexiquense debería de estar siendo juzgado penalmente por los presuntos desvíos
millonarios en su administración, pero como suele ocurrir, ya ha sido
perdonado, debido a que Eruviel Ávila, ahora es flamante integrante del partido
verde ecologista de México (PVEM), y comparsa de la 4T, por lo que de manera automática
todos sus pecados ya han sido perdonados.
El hospital de Santiago Acutzilapan en Atlacomulco representa
una herida abierta en la historia de promesas incumplidas del Estado de México.
Lo que inició en 2012 como un proyecto para transformar la calidad de vida de
una comunidad marginada, hoy es un monumento al abandono y la desidia
gubernamental. Es la herencia de Eruviel Ávila, viejo priista, nuevo integrante
del Partido Verde y lacayo de Morena.
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