DAN PRISIÓN VITALICIA A “EL 47”, JEFE DE PLAZA DE LA
FAMILIA MICHOACANA EN EL EDOMEX
*José Dámaso Alpízar se desempeñó como jefe de plaza en el
municipio de Almoloya de Alquisiras y tenía vínculos con las corporaciones
policiacas.
Toluca, Estado de México, 5 de agosto de 2024.- La Fiscalía General de Justicia del Estado de México (Edomex) dictó prisión vitalicia en contra de José Dámaso Alpízar, alias “El 47”, operador criminal que se desempeñó como jefe de plaza de una célula vinculada con la Familia Michoacana.
“El 47” fue declarado responsable de una agresión armada
contra elementos de la Secretaría de Seguridad estatal, orquestada hace casi
seis años en el municipio de Almoloya de Alquisiras, en la que cuatro
policías perdieron la vida.
En este ataque también participaron otros tres integrantes
de la Familia Michoacana, identificados como Edgar Morales Tranquilino, alias “El
Largo” y/o “El Grande”, Daniel Avilés Anastasio, alias “El Jarocho”, y Prócoro
Hernández Morales, alias ‘El Calamardo’.
Los hechos ocurrieron el 28 de octubre de 2018, cuando
los policías realizaban un operativo para prevenir delitos
ambientales en el municipio, a la altura de la Sexta Manzana. Durante
estas acciones, los uniformados fueron agredidos a balazos por un grupo de
sujetos armados, el cual era encabezado por “El 47”.
La agresión dejó como saldo cuatro policías muertos y seis
más heridos. Por estos hechos, la Fiscalía del Edomex inició una carpeta
de investigación por homicidio calificado y homicidio calificado en grado de
tentativa, a través de la cual se identificó a “El 47” como uno de los
responsables.
Sin embargo, este sujeto siguió operando como sicario de la
Familia Michoacana, hasta que en junio de 2020 fue detenido en una
carrera de Amatepec. Para ese entonces ya era considerado como un objetivo
prioritario de las autoridades mexiquenses.
“El 47” era identificado como jefe de plaza en los
municipios de Sultepec, Texcaltitlán, Almoloya de Alquisiras y
Coatepec de Harinas, donde se encargaba de supervisar las operaciones de la
Familia Michoacana. Asimismo, ordenaba asesinatos y ataques armados en contra
de policías que no tenían vínculos con el grupo crimina, así como en contra de grupos
rivales, por lo que se encontraba en el tercer nivel de la estructura criminal.
Según reportes del periodista Héctor de Mauleón, la célula
que lideraba “El 47” también estaba encabezada por Patricio Velasquez Aguirre,
alias “El Verde”. Ambos sujetos disponían de un ejército de 40 sicarios que
operaban en los municipios referidos.
En este sentido, tanto “El 47” como “El Verde” respondían a
las órdenes de los hermanos Johnny y Alfredo Hurtado Olascoaga,
máximos líderes de la Familia Michoacana que se encuentran bajo la mira de
Estados Unidos (EEUU) por su implicación en el tráfico de drogas, incluido el
fentanilo. Sin embargo, se presume que también tenían vínculos con otras
organizaciones criminales.
En un informe de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena),
que fue filtrado por el Grupo Guacamaya, se indica que “El 47” supuestamente
había pactado una tregua con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en el
Edomex, aunque esto no fue confirmado por las autoridades.
Además de ordenar los ataques contra la policía estatal, “El
47” solía grabar los momentos previos a las agresiones o emboscadas, como quedó
demostrado en un video que se encontró en el celular de Prócoro
Hernández Morales, un sicario de la Familia Michoacana detenido en diciembre de
2018.
A pesar de que la Fiscalía del Estado de México ha
identificado como responsables a distintas células criminales quienes están
detrás de asesinatos y extorsiones, la dependencia no hace prácticamente nada para
evitarlo. Estos delitos de alto impacto, son cometidos en su mayoría por el
Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y la Familia Michoacana.
Según con datos recabados en el Segundo Informe de Gestión
presentado por el fiscal José Luis Cervantes Martínez, el pasado 2 de mayo, la
Familia Michoacana opera en por lo menos 75 municipios del Edomex, mientras que
el CJNG opera en al menos 60 municipios, sin embargo, también se han identificado
a otros grupos delictivos que operan de manera menor, pero es evidente que nada
se hace para detenerlos, situación que explica los vínculos de la delincuencia organizada
con las corporaciones policiacas.
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