EJE CENTRAL EN MANOS DE LA UNIÓN TEPITO
Héctor De Mauleón
*Los sicarios irrumpen en las plazas pistola en mano y
“levantan” a la gente que no paga para que la protejan… de ellos mismos
Ciudad de México 25 de febrero de 2021. Llegamos a Eje Central con el equipo de grabación de El
Foco, el programa de televisión que conduzco con Veka Duncan en ADN40. Eran las
3 de la tarde de un lunes. La calle estaba atestada de vendedores ambulantes y
el tráfico había vuelto a ser infernal.
Al doblar en Plaza de las Vizcaínas, para relatar la
historia de ese sitio en donde alguna vez estuvieron los teatros Apolo y
Politeama, y en donde triunfaron Agustín Lara, José Medel, Toña la Negra y
Joaquín Pardavé, entre otros, notamos una rápida estampida de hombres con gorra
y bolsas de las llamadas “mariconeras” cruzadas al pecho.
Algunos se esfumaron a bordo de motonetas. Otros cruzaron
las puertas de vecindades cercanas. Parecía que hubiéramos sorprendido a
alguien haciendo algo indebido, ilícito, tremendo. Nos rodeó un silencio de
muerte.
¿Habíamos echado a perder una importante junta? Sin dejar de
grabar, los miembros del equipo caminamos por la plaza bajo la mirada
escrutadora de varias personas que caminaban tras nosotros intentando averiguar
qué hacían ahí esas cámaras.
Algo parecido, muy parecido, nos ocurrió un par de años
antes. Pero aquello sucedió en las calles más apartadas y “calientes” de
Tepito, y justo al momento en que, relatando leyendas coloniales de fantasmas,
nos sorprendió la noche.
Ahora no. Ahora sucedía en pleno Eje Central, a plena luz
del sol.
Caminamos por Meave, Aldaco, Echeveste y Mesones, siguiendo
la pista de edificios y personajes históricos. Alguien nos acompañaba, a la
distancia, desde una motoneta. El que la conducía nos observaba como si en
lugar de ojos poseyera dos alacranes.
Volvimos a la semana siguiente. Recorrimos desde el antiguo
cine Teresa hasta la Torre Latinoamericana. No voy a hablar de que, con sus
cines, sus escaparates, sus librerías, sus restaurantes, sus edificios, sus
rascacielos, San Juan de Letrán —el actual Eje Central— fue considerada alguna
vez el Broadway mexicano: la calle que hizo que México dejara de ser
ciudad y se convirtiera en metrópoli. Diré solamente que no era la primera vez
que grabábamos en ese tramo —lo hemos hecho desde una década—, y que yo nunca
había visto lo que vi en ese recorrido.
Desde hace unas tres décadas, la calle, en mayor o menor
medida, y según el gobierno en turno, ha estado siempre plagada hasta la
coronilla de vendedores ambulantes. Hubo gobiernos que obligaron a estos a
actuar embozadamente, como fingiendo que en realidad no estaban. Hubo otros que
les permitieron hacer hasta tres filas de puestos por banqueta, como en el
periodo 2000-2006, donde consta que privó el lema: “La Cuota es Primero”.
Lo que nunca había visto era lo que hoy estaba rodeando a
los ambulantes, a los cientos, miles de ambulantes. Cada tramo, y en especial
frente cada plaza, había hombres con gorras y “mariconeras”, vigilando,
custodiando, protegiendo. Decenas de motonetas con más jóvenes con gorras y
“mariconeras” se hallaban estacionadas en las laterales.
Advertimos esto por dos cosas. Porque debido a una marcha
cerraron al tráfico la avenida, y porque a medida que las cámaras pasaban por
la calle vacía todos ellos se agitaron y se revolvieron. De pronto, Eje Central
era un avispero.
Avisaban por radio o por teléfono. Los ambulantes levantaban
sus puestos para que no fuéramos a grabarlos. Los “vigilantes” de cada tramo y
cada plaza insultaban al equipo, le exigían “apuntar” para otro lado. Las
motonetas nos seguían y todos se iban tornando cada vez más amenazantes, más
agresivos.
No dejamos de grabar, ni de hablar de los edificios
históricos ni de los personajes ilustres. En otras situaciones complicadas ese
recurso nos ha ayudado.
Repito que en 13 años he grabado muchas veces en San Juan de
Letrán. No habíamos visto nunca algo semejante.
A plena luz del día, la Unión Tepito se adueñó de San Juan
de Letrán. Sin que nos diéramos cuenta, pusieron bajo cuota a los comerciantes
“fijos” y a los ambulantes. Lo confirman líderes, comerciantes, funcionarios de
la alcaldía, agentes de inteligencia, policías de investigación, personal del
gobierno capitalino.
De Izazaga a Avenida Juárez, la Unión Tepito está cobrando
“protección”. La consigna es “pagar o levantón”.
En la avenida existen al menos 20 plazas: Victoria, Meave,
Latino, Atenas, Teresa, Friki Plaza, Centrocel. En algunas de ellas laboran
casi mil vendedores. Cada mes, la Unión obtiene hasta 500 mil pesos por cada
una de ellas.
En este espacio se han relatado desde hace unos años los
asesinatos de una docena de líderes del centro, la manera en que la
delincuencia se ha apoderado de sus calles y sus plazas.
Hoy, los secuestros y los “levantones” ocurren en San Juan
de Letrán/Eje Central a la luz del día. Los sicarios irrumpen en las plazas
pistola en mano y “levantan” a la gente que no paga para que la protejan… de
ellos mismos.
“Aquí no se salva ni la señora de las quesadillas”, afirman
los vendedores.
Suponiendo que lo desconozca, el gobierno de Claudia
Sheinbaum podría mandar a caminar, a ver y a escuchar lo que ocurre en Eje
Central a algunos de sus funcionarios. No tendrían que molestarse en ir
demasiado lejos. Créanme: desde sus oficinas, la avenida centenaria les queda a
solo unos pasos.
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