EL CABALLO, EX MANDO DEL FAR NO LLEGÓ AL SUR, SE APADRINÓ
CON IVÁN ALCÁNTARA
*Chávez García en entredicho
Por J. MARTIN PONCE R.
TOLUCA, Méx.- La orden tajante del general Sergio Hernando
Chávez García, subsecretario de la policía estatal (SSEM), de hacer otra de sus
famosas limpias y sacudidas, ahora en el Agrupamiento Fuerza de Apoyo y
Reacción (FAR) IV-Tenancingo, quedó en un intento, en mera pose, porque quedó
demostrado que no tiene don de mando ni mano fuerte, luego de que un mando
inferior, pero muy “influyente y poderoso”, se pasó por entre las piernas su
disposición.
De nueva cuenta quedó demostrado que Chávez García es un títere
del dinero, que lo mueven los hilos del billete y por ello, la seguridad
pública en el Estado de México está en su nivel más alto de corrupción,
solapada esta situación por su jefa Maribel Cervantes Guerrero, y el gobernador
Alfredo del Mazo, quienes saben perfectamente que el subsecretario de la SSEM,
forma parte de la delincuencia de cuello blanco.
El general carece de energía. En la institución manda la
corrupción, el entre, el billete, el baile, la impunidad, la transa y el gran
negocio de la policía “voladora”, la que cobra sin trabajar, pero deja la mitad
de su sueldo para los altos mandos y, de la cual, se puede hablar de cifras
millonarias.
Recientemente en otro fallido intento del general Chávez
García, para demostrar su fuerza al interior de la institución, de que sí
“trabaja” e impone mano dura, quedó expuesto, exhibido como un auténtico
pelele, cuando el pasado 7 de julio ordenó mediante el oficio
20601A00USPE/4739/2020 que el policía tercero José Antonio Jurado Millán, alias
el Caballo, quien se venía desempeñando como jefe de Servicios del Agrupamiento
FAR, fuera movido de ese cargo.
El documento señala que a partir de esa fecha quedaría
adscrito como elemento en el Grupo de Intervención Policial (GIP) V en
Amatepec. La orden, al menos en el texto sonaba contundente, pero el oficial
Iván Alcántara Luna, coordinador de subdirecciones Ixtapan, leyó el documento y
lo hizo bolita. Se burló de la orden de su jefe, el general Chávez García y
supo mover los hilos y evitar que su amigo El Caballo pisará el sur de la
entidad, zona considerada por la policía estatal, como el infierno o zona de
castigo.
De esta forma logró dejar al “El Caballo” como elemento en
el GIP IV-Tenancingo bajo el mando del jefe de Servicios Juan Carlos Peñafiel
Alva.
La irracional y calenturienta actitud del general Chávez
García, es otra más que queda en el camino. No tiene don de mando, pero sí
huele donde hay dinero y por ello, desde que llegó, se ha dedicado a mover al
personal, a la tropa, a varios mandos a donde le convenga a su bolsillo, a
ganar dinero sucio que, sin duda, de ahí salpica a su jefa Maribel Cervantes,
titular de la SSEM.
Esta locura por el dinero sucio que tiene el general,
levantó un oleaje de protestas e indignación por elementos de diferentes
agrupamientos que recientemente fueron cambiados a otras regiones como Toluca,
Valle de México, Ecatepec, Oriente, Volcanes y Tejupilco, por lo que exigieron
en alusión al famoso y mañoso “Caballo” Jurado, que esos cambios deben
cumplirse y ser parejos, "o todos coludos o todos rabones" y no se
apliquen sólo en la tropa, la cual, recientemente realizó un bloqueo en el
Paseo Tollocan –en ambas direcciones-, para manifestar su rechazo a los
constantes cambios de adscripción.
Denunciaron que elementos que viven en Naucalpan y otros
municipios aledaños en zona norte y oriente, los manden a trabajar a la zona
sur del estado donde predomina el narco y donde éste impone su ley. Muchos
compañeros han sido víctimas de esta mafia, pero sobre todo, el costo de ir a
trabajar hasta esa zona es alto, además, gasto de alimento y, lo peor, que los
espacios que les destinan a ellos para descansar, son auténticas barracas
insalubres.
Desafortunadamente queda demostrado que en la corporación
"el que tiene más saliva, traga más pinole", o el que es más corrupto
y tiene más “amigos” es quien gana, pues así ocurrió en este caso del intocable
“Caballo” de quien se sabe que el favor que le hicieron no fue gratuito: pagó
fuerte cantidad de dinero a su jefe Iván Alcántara Luna para que lo aguantara
en Tenancingo. Al menos, así lo presumió el propio Jurado Millán quien llegó al
grado de gritar que el oficio de cambio del general sólo le sirvió para
"limpiarse el trasero".
Finalmente, gran cantidad de policías inconformes al
enterarse que el Caballo tiene buen padrino se pronunciaron en contra y acabar
con privilegios a ciertos mandos como el Caballo y, sobre todo, también se
pronunciaron porque se terminen los abusos de poder del general Chávez García
de quien dijeron que de "policia" tiene lo que el burro de
astronauta. "Ya demostró que no da el ancho para dirigir una corporación,
pero los mañosos ya le tomaron la medida".
RATERO Y HOCICÓN
La corrupción en ocasiones tiene rosto y apellidos y, en
este caso donde se tendió el manto protector al Caballo Jurado, fue gracias a
su amigo Alcántara Luna, ambos, piezas medulares en la corrupción y negrísima
historia que hay en el agrupamiento FAR IV.
En dos ocasiones el Caballo fue jefe de ese agrupamiento. La
segunda de ellas ocurrió el 4 de junio de 2018 cuando relevó a Javier Díaz
Cabrera, el Javicho, quien tenía la mala maña de quedarse con las tarjetas de
combustible y tenía gran cantidad de policías “voladores”, éste un gran
negocio, pero gracias a las denuncias de los elementos afectados de este agrupamiento
que alzaron la voz, el citado Javicho fue enviado castigado al norte de la
entidad, en Atlacomulco, como simple elemento.
Mientras tanto el Caballo Jurado, viejo lobo de mar desde
1996 en que ingresó a la corporación, aprendió que para mantenerse en un cargo
hay que repartir dinero, y por ello, embarró las manos de dinero sucio a
coordinadores, subdirectores y jefes de Región, debido a que todos los grupos
tácticos como el FAR, ASES y GIP son la "caja chica" de los altos
mandos. El dinero alcanza para todos. De ahí la religión del general Chávez
García, quien sabe perfectamente cómo corre el dinero en los distintos
agrupamientos.
Por ello cuando Jurado Millán se enteró que tendría que
entregar el mando del FAR al policía primero Fausto Vásquez Morales, tragó
saliva al ver que el negocio se le venía abajo, afirman los enterados que en un
principio se negó a cumplir la orden, pero finalmente la aceptó y cumplió.
La orden cayó como balde de agua fría al Caballo si se toma
en cuenta que este individuo había convertido al FAR Tenancingo en un auténtico
feudo de corrupción donde el robo de combustible de las unidades y otras
"ganancias" extras le permitieron, desde junio del 2018, darse la
gran vida.
Todos sabían que el Caballo tenía ocultas varias unidades en
un predio rentado de la colonia de los Maestros, junto a La Manzanita, donde el
mando corrupto también se quedaba como el Javicho con las tarjetas de
combustible para su beneficio, incluso se sabe que muchas de esas patrullas ya
no sirven pero, aun así, el Caballo sacaba buen provecho, pero todo ello con el
conocimiento de su padrino el coordinador Iván Alcántara Luna, quien le
permitió despacharse con la cuchara grande y, al mismo tiempo, trabajar con
toda impunidad. Otro negocio productivo del hoy relevado jefe policiaco, cuya
clave era Negro IV, fueron los voladores.
El Agrupamiento FAR cuenta con dos turnos A y B, cada uno
tiene 88 elementos, de los cuales, sólo trabajan 17 elementos por turno, los
demás uniformados como es costumbre en la Secretaría de Seguridad del Estado de
México (SSEM) pagan 2 mil 500 pesos por quincena para ausentarse del trabajo,
lo que era un fabuloso negocio para el multicitado Caballo. Sin embargo, nada
es eterno y menos aún en la dependencia donde por fin el Caballo dejó de
relinchar al ser relevado del cargo el pasado 7 de julio.