EL PEZ, EL FRESA Y SUS PALACIOS EN MEDIO DE LA NADA
Por: Héctor De Mauleón
*El Pez y El Fresa, los líderes de la Familia Michoacana, tenían todo listo para asistir al concierto del cantante de corridos Luis Conríquez, el próximo 10 de abril, en la feria regional de Tejupilco
Toluca, Edomex. Habían acondicionado la serie de ranchos que
tienen en la zona, en los que suelen pasar sus vacaciones y a los que suelen
llevar cantantes, familiares y amigos para pasar unos días entre lagos
artificiales, albercas, una presa, jardines “de un verde
como de campo de golf”, y mobiliarios cómodos, modernos, suntuosos.
Las despensas estaban surtidas. Los integrantes de la Familia
Michoacana que servían de avanzada habían dispuesto lo necesario para que Johnny
Hurtado Olascoaga, El Pez, y su hermano José Alfredo, El Fresa, se
movieran desde Arcelia, Guerrero, en donde se hallan refugiados, y pasaran unos
días en Tejupilco, Amatepec, Luvianos y Tlatlaya, municipios donde la fiscalía
del Estado de México, a través de trabajos de campo e inteligencia, ubicó 21
ranchos, fincas, residencias y otros inmuebles vinculados a los líderes del
grupo criminal.
Con esos datos se armó desde marzo la llamada Operación
Bastión, en la que tomaron parte 1,400 elementos de la fiscalía, la Sedena,
la Guardia Nacional, la Marina y la Secretaría de Seguridad Pública del
estado.
En marzo del año pasado, El Fresa fue fotografiado en el
concierto que ofreció en la feria de Tejupilco el cantante Edén
Muñoz, exintegrante del grupo musical Calibre 50 y autor del corrido
“Strawberryfish”, dedicado a José Alfredo Hurtado:
“Que si me doy lujos porque hay / verdes pá gastar / Nos ven
haciendo tratos por aquí también / allá/ Me tienen por fresa pero más por ser
cabeza / Porque he sido cazador y me cuido para / no ser presa…”.
Esa noche, Hurtado se instaló en la zona VIP del palenque. Una
foto, cuya autenticidad ha sido reconocida por la fiscalía estatal, lo mostró
riendo a carcajadas, y vestido con una camisa a cuadros. Según investigaciones
de la fiscalía, la policía municipal, al mando del entonces secretario de
seguridad pública Eraclio Campuzano —uno de los detenidos en la Operación
Enjambre, involucrado en el cobro de piso a comerciantes a nombre de
la Familia Michoacana— le sirvió de muro esa noche al líder del grupo
criminal.
La madrugada del 28 de marzo las células que participaron en
la Operación Bastión se reunieron en puntos señalados e iniciaron
acciones simultáneas en los municipios involucrados. Algunos de los ranchos se
encontraban en puntos tan inaccesibles que la célula encargada de cubrir el más
lejano arribó a este pasadas las 9 de la mañana.
Desde el primer momento, el despliegue fue reportado a mandos
superiores por los halcones: cuando las autoridades alcanzaron los puntos
señalados como objetivo, la mayor parte de los inmuebles se encontraban vacíos:
“Supieron que íbamos y se avisaron”.
El lugar más lujoso era el rancho llamado Monte Recreación,
situado en Amatepec, y en cuya sala se cree que El Fresa grabó aquel video que
se hizo célebre tras la matanza de San Miguel Totolapan, que dejó un
saldo de 20 personas muertas, y en la que el jefe criminal culpó de la masacre
a un grupo contrario.
El operativo abarcó también los ranchos Pinzanes, Calpa, Las
Calaveras y Caja de Agua, en Luvianos; las Piñuelas y el rancho Ajedrez, en
Amatepec; el del Cerro Pelón en Temascaltepec y el de Las Canchas, en Tlatlaya.
Un lago artificial en forma de herradura, palmeras, acabados
en madera, árboles frutales, animales disecados acompañados por su respectiva
escenografía (un felino atacando a un ciervo), canchas de tenis, una residencia
de cuatro pisos en la punta de un cerro despoblado. “Palacios en medio de la
nada”, según reseña de uno de los investigadores que tomaron parte en el
operativo.
Lugares que pertenecen o pertenecieron a operadores de la
Familia Michoacana, como el rancho de Medardo Hernández, alias Lalo Mantecas, y
el rancho del jefe de Tejupilco, Josué Ramírez, apodado El Tuerto o El Colibrí,
así como un grupo de presuntas casas de seguridad y narcotiendas,
también fueron asegurados.
“En el rancho Ancón, en Tlatlaya, situado a orillas de una
presa, los líderes de la Familia Michoacana tenían su Valle de Bravo
particular”, relatan.
Pese a que en febrero pasado el Departamento de Estado incluyó
a este grupo en su lista de organizaciones terroristas extranjeras, en los
municipios que integran su bastión, y bajo la complicidad de autoridades
gubernamentales, la Familia Michoacana es el patrocinador de ferias, palenques,
conciertos y fiestas patronales.
En el Edomex, sus jefes parecen haber perdido la
protección.
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