AMLO SE FUE, PERO TAMBIÉN SE “LLEVÓ 31 MIL MILLONES PERDIDOS”
*Las grandes apuestas
de López Obrador también resultaron ser grandes agujeros negros para el
presupuesto, que han servido para engordar las bolsas de la familia del
Tlatoani
Ciudad de México, 8 de marzo de 2025. La Auditoría Superior de
la Federación (ASF) reveló que 31,429 millones de pesos del gobierno de AMLO
siguen sin aclararse, de un total de 112,635 millones detectados como
irregulares en su sexenio. Casos como SEGALMEX, el Tren Maya, PEMEX y programas
de Bienestar destacan por pagos sin justificar, sobrecostos y falta de
transparencia
Tras una revisión en el Sistema Público de Consulta de
Auditorías de la ASF sobre las cuentas públicas de 2019 a 2023, se detectó
que 31,429 millones de pesos del gobierno de AMLO siguen sin aclararse. De
los 112,635 millones detectados como irregulares en su sexenio, esta es la
cantidad que aún no tiene explicación.
El caso más escandaloso es SEGALMEX, Diconsa y Liconsa,
el sistema que prometía garantizar la alimentación del pueblo, pero que terminó
con inventarios fantasma, pagos sin justificar y hasta transacciones a
proveedores fallecidos.
Más de 6,800 millones de pesos siguen sin saberse
dónde están. En cualquier otro país, este escándalo habría provocado renuncias
inmediatas. Aquí, en cambio, el principal responsable, Ignacio Ovalle, se
le permitió retirarse del servicio público.
Pero SEGALMEX es solo la punta del iceberg. El Tren Maya,
PEMEX, Cultura, el IMSS y Bienestar encabezan la lista de dependencias con
irregularidades millonarias. En total, una cantidad equivalente al presupuesto
anual de varios estados ha quedado en el limbo financiero.
TREN MAYA, PEMEX Y BIENESTAR: ¿FALTA DE PLANEACIÓN O
CORRUPCIÓN?
Las grandes apuestas de López Obrador también resultaron ser
grandes agujeros negros para el presupuesto.
El Tren Maya, la obra insignia del sexenio, tiene
casi 3,000 millones de pesos sin aclarar su destino según datos de la ASF. ¿En
qué se fueron? Pagos en exceso, obras inexistentes y duplicidad de
costos. Se pagó por estructuras que no existen, por estudios que ya se
habían contratado y por supervisiones fantasma. Y lo peor: no hay
consecuencias.
PEMEX, la empresa que el gobierno prometió rescatar, también
acumula 4,256 millones de pesos por aclarar. Los patrones son los
mismos: pagos sin justificar, sobrecostos, falta de documentación y un
descontrol total en contratos. La misma historia se repite en la Secretaría de
Cultura y el IMSS. El dinero desaparece, los problemas crecen y nadie
rinde cuentas.
PRIMERO LOS POBRES, EL DISCURSO PERFECTO PARA ROBARSE EL
DINERO
Uno de los mayores golpes al discurso presidencial es lo que
ocurre en la Secretaría de Bienestar. Los programas sociales, que deberían
ser la base de la transformación, también presentan irregularidades
millonarias. La ASF detectó pagos a personas fallecidas, beneficiarios sin
identificación clara y transferencias a cuentas sin verificar. Más de 980
millones de pesos siguen sin aclararse.
El problema es mayor cuando se revisa el destino de los
recursos asignados a los Servidores de la Nación, el brazo operativo de
los programas sociales. Se identificaron pagos sin justificación,
transferencias duplicadas y recursos utilizados sin comprobar su destino. El
dinero que debía llegar a los más vulnerables quedó atrapado en una burocracia
opaca y, en muchos casos, mal administrada.
IMPUNIDAD COMO SELLO
La ASF ha señalado, con cifras y documentos, las
irregularidades del gobierno de AMLO. Pero quienes estuvieron en su
gobierno han respondido con claridad. No hay liderazgos sancionados, no hay
estrategias para recuperar el dinero y, sobre todo, no hay voluntad de
rendir cuentas.
El problema no es solo el dinero perdido, sino la
impunidad con la que opera el gobierno. No hay castigos ni consecuencias
reales. Tampoco explicaciones convincentes. El discurso de “no somos
iguales” se cae cuando las auditorías muestran que las prácticas de desvío de
recursos continúan con impunidad.
Si 31 mil millones pueden quedar en el aire sin que pase nada,
¿cuánto más se permitirá en los próximos años? El problema no es solo
contable, es político. Y mientras el dinero siga desapareciendo sin
consecuencias, la verdadera transformación será la de la impunidad convertida
en política de Estado. Y aún falta la Cuenta Pública 2024.
No hay comentarios:
Publicar un comentario