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POR FIN ES DETENIDO EL PELIGROSO EXPOLICIA JUDICIAL PABLO MOSSO ESPINDOLA

 

Por: Juan Manuel Pérez Huerta.

 Iztapalapa, Ciudad de México. El pasado 28 de mayo fue detenido el escurridizo y expolicia judicial del Estado de México Pablo Mosso Espindola. La detención tuvo lugar en la calle Jacaranda y José López Portillo, en la colonia San Miguel Teotongo, por el delito de robo a casa habitación con violencia, los hechos quedaron asentados en la carpeta de investigación; CI-FIIZP/IZP-6/UI-2CD/2509/05-2022.

Fuentes de la Fiscalía General  de Justicia del Estado de México (FGJEM), aseguran que Mosso Espindola ha tejido una red de corrupción que a través de los años le ha permitido salir bien librado de una serie de delitos graves, por lo cuales desde hace mucho tiempo debería de estar tras las rejas.

Entre los pasillos de las diferentes Fiscalías de la entidad mexiquense, se divulga ampliamente que Pablo Mosso cuenta con la protección de los policías ministeriales Lucio alias el Conejo y de Arellano alias El Charrascas, quienes están adscritos en la Fiscalía de Ciudad Neza. La encargada de brindar protección al presunto delincuente en la fiscalía de Valle de Chalco, es la policía ministerial conocida como la China, así como en la Fiscalía de Amecameca, el delincuente es protegido por la policía ministerial de nombre Johana Insus, así como por el comandante regional William Víctor Durán, este último también es identificado por dar protección al Jimmy líder del grupo delictivo denominado Sindica 22.

Es un secreto a boses que Pablo Mosso Espindola cuenta con una amplia carrera delictiva, que inicio desde que se desempeñaba como policía judicial en la Zona Oriente del Estado de México. Carrera delictiva que se incrementó luego de que en el año 2009 fue despedido de la corporación policiaca, por estar identificado como un policía criminal, delincuente y corrupto.

Mosso Espindola también cuanta el apoyo total de su esposa Sagrario “N” quien está adscrita a la fiscalía antisecuestro del estado de México, así como por sus dos hermanos, quienes ostentan puestos de alto nivel al interior de la Fiscalía en el estado de México, y quienes ya están haciendo lo necesario para intentar liberar al afamado delincuente.

La historia es larga, debido a que Mosso cuenta con una hija de nombre Diana “N”, quien presuntamente colabora para la Agencia Central de Inteligencia (CIA), en México, y que según fuentes de la Fiscalía, proporciona información a su padre para cometer delitos graves. Así mismo, su hijo, de nombre Pablo Alejandro “N”, quien se pasea a bordo de vehículos de lujo entre los que destaca un Mini Cooper de lujo color azul de reciente modelo, de igual manera, su vástago es identificado por su presunta participación con su padre en muchos delitos graves, por lo que las autoridades de la ciudad de México y la entidad mexiquense ya intercambian información para poderlo poner tras las rejas.

Mosso Espindola se encuentra identificado como un peligroso delincuente, desde los tiempos en que se desempeñaba como policía judicial, en el grupo de combate a la delincuencia bajo las órdenes del comandante Elías Moreno, quien por cierto se encuentra prófugo presuntamente por homicidio, a Mosso, se le vincula con delitos como; robo a casa habitación, robo a transporte, robo a negocios, robo de cajeros automáticos, despojo de predios, fraude, narcomenudeo, extorsión, secuestro y lo más delicado, por estar presuntamente involucrado en homicidios cometidos en la zona oriente del estado de México, pero además, es identificado con el Cartel Jalisco Nueva Generación.

Así mismo, existe la denuncia de familiares de un empresario llamado José Fernando Velázquez Jiménez, que manifiestan haber sido extorsionados por Pablo mosso Espíndola, quien constantemente le exigía le entregará una mina ubicada en Apaxco de Ocampo, en el Estado de México, lugar donde el empresario fue visto por última vez, cuando viajaba acompañado de Víctor Hugo Rivera Pérez, Marco Antonio Riovalle Medina y Luis Alberto Ureña Velázquez, de quienes no se sabe nada desde el 1 de junio del 2021.

La impunidad de la que goza y que ha gozado Pablo Mosso, es derivada de un sistema de justicia anquilosado, de corrupción y complicidad institucional, y de falta de voluntad política para garantizar, por un lado, sanciones justas para las personas responsables de la comisión de delitos y, por el otro, la reparación integral del daño a las víctimas, sería una vergüenza para las Fiscalías de la Ciudad de México y de la entidad mexiquense, que en un corto tiempo el delincuente se encuentre gozando de libertad, gracias a la red de complicidades que Pablo Mosso a tejido al interior de ambas Fiscalías  lo largo del tiempo.