LÓPEZ OBRADOR RECONOCE SU ESTRATEGIA FALLIDA DE SEGURIDAD, MIENTRAS EL
CRIMEN ORGANIZADO HACE EL TRABAJO DEL GOBIERNO
Ciudad de
México 17 de abril 2020. Marzo fue el mes más violento desde que Andrés Manuel
López Obrador asumió el cargo de presidente de México, a fines de 2018, de
acuerdo a cifras oficiales preliminares publicadas la primera semana de abril, se
dice que a pesar del confinamiento de la población ante el coronavirus la ola
de ejecuciones no disminuye sino por el contrario.
El último
informe oficial establece que en marzo hubo 2,585 homicidios dolosos, lo que
representa un promedio diario de 83 asesinatos por día en todo el país. En
febrero, la cifra había sido de 2,352 homicidios dolosos.
El presidente
de México reconoció en su rueda de prensa diaria que la violencia del crimen
organizado persistió en el país en marzo, pese a que ya habían comenzado a
aplicarse algunas medidas de confinamiento para combatir el coronavirus, como
la suspensión de clases o el trabajo desde casa.
"Se
pensaría que en marzo, a finales, cuando ya estaba más extendido lo del
coronavirus, íbamos a tener una disminución considerable, desgraciadamente no
sucedió así", dijo.
López
Obrador utilizó su habilidad para tratar de repartir culpas como ya es su
costumbre, al asegurar "La violencia que estamos padeciendo en estos
tiempos es la que desgraciadamente ha prevalecido, la de confrontación de
bandas del crimen que se siguen disputando plazas, enfrentándose entre
ellos".
El
gobernante aceptó el fracaso de su gobierno al explicar que los índices de
criminalidad descendieron en el primer trimestre del año, pero reconoció que no
lo hicieron como su gobierno querría. Desde diciembre, según cifras oficiales,
las víctimas de homicidios se habían reducido.
López
Obrador defiende una estrategia de seguridad fallida que antepone atajar las
causas sociales del fenómeno a los operativos de las fuerzas de seguridad, en
medio de un auge de la violencia vinculada al narcotráfico y el crimen
organizado.
Hoy en día
tres dimensiones exhiben al crimen organizado en México: la de milicias de
sicarios que dejan hileras de muertos a su paso; la de “empresas” clandestinas
dedicadas al tráfico de drogas y la extorsión; y la de casi “gobierno” que dan
protección, reparten ayuda y se apropian de los vacíos que el gobierno
morenista no quiere llenar gracias a sus mezquindades a las que ellos llaman
austeridad, las obligaciones de la autoridad ahora las implementa la
delincuencia organizada.
Los mexicanos
están hasta la madre de que políticos mediocres en el poder solo reparten
despensas en tiempos electorales. Sin embargo, en la crisis del Covid-19 (Coronavirus),
que en estos momentos es tema de cualquier conversación, los líderes criminales
han enviado a sus pistoleros, a bordo de lujosas camionetas a hacer el trabajo
del gobierno, repartir despensas en diversos lugares de México donde la pobreza
es insoportable.
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