LA JEFA DE LA CIUDAD DE MÉXICO CLAUDIA SHEINBAUM, INTENTA MAQUILLAR LAS CIFRAS DE EXTORSIONES EN LA CIUDAD DE MÉXICO
Con el fin de los confinamientos por la pandemia, dice la
Revista, los delincuentes vuelven a atemorizar a la población con, los famosos
entre, es decir con el cobro de derecho de piso, así como otras cosas, el cobro
de extorsión para locales comerciales en Polanco, la Zona Rosa, el Centro
Histórico, y a transportistas de la periferia.
La capital del país asegura Proceso, no está exenta de la
presencia y acción de las bandas del crimen organizado, aunque la jefa de
gobierno diga lo contrario.
Son varios los cárteles que operan en la Ciudad de México, y
cada vez que las autoridades desarticulan un grupo criminal, de éste surgen
varios más en una atomización difícil de perseguir. Tras los confinamientos
impuestos por la pandemia y al regresar a la normalidad las actividades
diarias, los delincuentes vuelven a atemorizar a la población con, el cobro de
piso para locales comerciales, tanto en Polanco como en la Zona Rosa o el
Centro y con la extorsión a los transportes públicos en la periferia.
Sobrevivir al confinamiento y al cierre de actividades
comerciales durante dos años, a causa de la pandemia, fue el menor de los males.
Pero ahora que las actividades económicas están comenzando a reactivarse hay
otra pandemia que afecta a los comerciantes de la Ciudad de México: la
extorsión aplicada por la delincuencia organizada.
“Aquí no hay de otra: asuran los comerciantes, o trabajas
con ellos o de plano te van desplazando. En Polanco hay que pagarle a La Unión
de Tepito 10% de lo que vendes diario o te queman el lugar. En la Zona Rosa no
te piden cuota, pero te dicen que los dejes vender; si aceptas, entonces el
lugar es de ellos porque luego de un rato se creen dueños de todo”, explica un empresario
que posee dos locales en Polanco, una zona exclusiva de la capital, y quien
advierte que denunciar es inútil, porque los delincuentes se enteran de todo,
es decir, las autoridades están coludidas con los delincuentes.
La situación de miedo e inseguridad que viven los
empresarios del ramo restaurantero contrasta con las cifras alegres que dan a
conocer las autoridades capitalinas. Para Ismael Rivera Cruces, presidente
honorario de la Asociación Nacional de la Industria de Discotecas, Bares y
Centros de Espectáculos, el único descanso real que ha tenido el gremio fue
durante la pandemia, cuando los delincuentes no los molestaron; pero ahora, una
vez que las actividades regresaron a la normalidad, vuelven a padecer el
problema.
“Hemos hablado con ellos, con las autoridades acerca del
tema de derecho de piso, de las extorsiones; hemos hablado de diferentes
formas, en Morelos, la Ciudad de México, el Estado de México, para hacer un programa
que pueda erradicar este mal. Pero las autoridades hacen caso omiso. No quieren
enfrentar el tema. Nada más nos dicen 'denuncien’, pero al denunciar nos han
dejado en la indefensión absolutamente a todos.
“Las autoridades están rebasadas. Nosotros no podemos saber
si están coludidas, porque para saberlo necesitamos pruebas y elementos; no los
tenemos. El 80% del país tiene temas de derecho de piso. Entonces estamos
trabajando para tres personas: para el SAT y los impuestos, para el
arrendatario que es el dueño del local y para los derechos de piso. Si tú
denuncias, te mata la delincuencia organizada. Y es lo que la autoridad
pretende: ellos saben que no se va a denunciar el hecho porque quedamos en
estado de indefensión. Y ellos dicen ‘si quieres que actúe, denuncia’: nos
echan el peso a los empresarios; un empresario que denuncia tiene casi casi una
bala en la cabeza”, dice el restaurantero en entrevista.
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