EL PRÓFUGO Y LOS EMBARRADOS DEL GOBIERNO DE CUAUHTÉMOC BLANCO
Por: Héctor De Mauleón
Ciudad de México. 13 de marzo de 2025.- En octubre pasado, la
administración de la nueva gobernadora de Morelos, Margarita González
Saravia, detectó una escandalosa serie de irregularidades en el
fideicomiso Lago de Tequesquitengo. El fideicomiso había sido dirigido
por Dionicio Emanuel Álvarez Anonales, muy cercano al secretario
particular y primo del exgobernador Cuauhtémoc Blanco, Edgar Riu, y muy cercano
también al hermano del exmandatario, Ulises Bravo.
Dionicio Álvarez había renunciado a la dirección del
fideicomiso 15 días antes del fin del sexenio, dejando en las arcas 58 mil
pesos de un presupuesto de 65 millones. No tardó en acomodarse como Tesorero en
el gobierno municipal de Cuautla --cuyo alcalde, Jesús Corona Damián,
fue grabado acordando, en una reunión, con uno de los jefes criminales más
buscados del estado: Jupiter Araujo El Barbas.
Al tomar posesión de la administración, el gobierno de
González Saravia descubrió que, antes de irse, funcionarios de Cuauhtémoc
Blanco habían reseteado las computadoras del gobierno estatal a fin de
eliminar información clave.
Al mismo tiempo, se recibieron denuncias de decenas de
ciudadanos que habían sido víctimas de fraude en la adquisición de
terrenos situados en la ribera del lago: algunos predios habían sido vendidos
dos veces. Para colmo, el valor comercial de los mismos no
correspondía con el precio al que fueron vendidos: habían metido mano negra en
los avalúos.
En el equipo de Margarita González Saravia dicen que
la funcionaria estalló en indignación al comprobar el estado en que su antecesor
dejó el gobierno. El asunto del fideicomiso fue una de las primeras cosas que
brincaron. Cuando la investigación avanzó, la Fiscalía
Anticorrupción dio con una lista de funcionarios ligados a Cuauhtémoc
Blanco que habían adquirido predios por debajo de su valor comercial.
En la lista estaba la exsecretaria de Administración del
“Cuau” y actual diputada federal por Morena, Sandra Anaya. Se descubrió
que había adquirido cuatro predios, ¡a 400 pesos el metro!, a través del
Instituto de Crédito al Servicio de los Trabajadores del Gobierno del Estado de
Morelos.
“¿Dónde está el delito en haber comprado un predio? Que
hayan encontrado irregularidades no son atribuibles a mi persona…
Quienes me conocen saben que soy empresaria, tengo otros ingresos, tengo capacidad
para eso y para un poquito más”, dijo la legisladora morenista.
Según la investigación, fue precisamente el Instituto de
Crédito el que asignó un valor menor a los terrenos que luego compraron
los funcionarios.
Otra que se despachó con la cuchara grande fue la jefa de
oficina del exgobernador, Mónica Boggio, quien saltó del gobierno estatal
a una magistratura en el Tribunal de Justicia Administrativa.
Entre los casos más escandalosos figura el del exzar
anticorrupción durante la gestión del futbolista, Gerardo Becerra Chávez:
en noviembre del año pasado dijo que traía “en el radar” el caso
del Fideicomiso Lago de Tequesquitengo desde hacía varios años: no
solo por los millones de pesos que debían estar en caja y se habían esfumado,
sino porque el gobierno de Blanco no había entregado un solo peso de las ventas
a los ejidatarios de Puente
de Ixtla, Jojutla y Xoxocotla, “que son los que de alguna
manera están integrando el fideicomiso”.
“Es verdaderamente deleznable lo que hicieron”, declaró
Becerra Chávez.
A los pocos días se filtró un documento que lo incluía entre
los compradores de predios. Compró cinco y desembolsó solo 280 mil pesos.
Alegó en defensa que no había en el hecho nada ilegal: que
el Instituto de Crédito le había otorgado facilidades para la compra:
“A mí me hizo la oferta y lo creí prudente, no por el precio, que quedé claro,
sino por las facilidades que daba el Instituto”.
Una línea de investigación ha detectado que funcionarios de la
pasada administración usaron incluso prestanombres para hacerse de más
terrenos.
El exdirector del Fideicomiso, Dionicio Emanuel Álvarez
Anonales, tenía chamba asegurada durante los siguientes dos años, como flamante
Tesorero de Cuautla. Probablemente supo lo que se venía porque desde hace
varios días dejó de presentarse.
Ayer, la Fiscalía Anticorrupción ofreció una
recompensa de 113 mil 140 pesos a quien proporcione información que conduzca a
su captura.
Un boquete más en el agujerado prestigio del exfutbolista y
exgobernador, actual diputado y recién reafiliado a Morena, cuyo desafuero se
discute en el Congreso por solo una de las múltiples carpetas que tiene
abiertas: la de intento de violación en contra de su hermana.
¡La Transformación va!
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