sábado, 16 de agosto de 2025

EL CERCO SOBRE LOS BARTLETT: CUENTAS CONGELADAS, PRESIONES DE EU Y SILENCIO EN PALACIO NACIONAL

 



Ciudad de México, 16 de agosto de 2025.— En la columna publicada por el periodista Salvador García Soto, aseguro que el blindaje político que durante décadas protegió a Manuel Bartlett Díaz comienza a resquebrajarse. La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), bajo la batuta de su nuevo titular Omar Reyes Colmenares, ordenó el congelamiento de las cuentas de León Manuel Bartlett Álvarez y Julia Abdalá Lemus, hijo y pareja del ex director de la Comisión Federal de Electricidad. Una acción que, más allá de lo administrativo, se lee como la confirmación de que el gobierno mexicano abrió una investigación sobre el político poblano, señalado desde hace casi cuatro décadas por su presunta participación en el brutal asesinato del agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena.

 

El caso vuelve a colocar a Bartlett en el centro del huracán. No solo por el congelamiento de cuentas de su círculo más cercano, sino porque el Departamento de Justicia de Estados Unidos lo considera pieza clave para cerrar la “Operación Leyenda”, la investigación más extensa en la historia de la DEA sobre el secuestro, tortura y asesinato del agente norteamericano en Guadalajara en 1985. Washington lo acusa de haber protegido a Rafael Caro Quintero y de haber filtrado información que selló el destino de Camarena.

 

La coyuntura no es menor: Caro Quintero ya está en una prisión estadounidense, a la espera de juicio, gracias a que la presidenta Claudia Sheinbaum terminó por entregar a quien López Obrador se negó a extraditar durante años. Para la DEA, el último eslabón pendiente es Bartlett.

 

El incómodo visitante de Palacio Nacional

 

Apenas el mes pasado, Bartlett fue visto entrando a Palacio Nacional. La presidenta Sheinbaum, visiblemente molesta, trató de minimizar el hecho al asegurar que fue a ver a un funcionario de la Consejería Jurídica por un asunto “particular”. Pero distintas versiones apuntan a que se reunió con la consejera Ernestina Godoy, quien le habría informado oficialmente de la gravedad de su situación en Estados Unidos y de las pruebas presentadas en Brooklyn: grabaciones de las torturas a Camarena y a su piloto Alfredo Zavala, donde su nombre aparece involucrado.

 

La reacción presidencial contrastó con la gravedad de los señalamientos. Más que aclarar, la defensa irritada de Sheinbaum despertó sospechas: ¿por qué tanto celo en justificar la visita de un personaje tan marcado por la sombra del narco y el poder político?

 

La caída del blindaje

 

Durante el sexenio de López Obrador, Bartlett gozó de un manto protector pese a múltiples escándalos, desde sus negocios familiares con ventiladores en plena pandemia, hasta denuncias de conflicto de interés y enriquecimiento inexplicable. Incluso se habló de enviarlo como embajador a París para regalarle inmunidad diplomática. Pero el nombramiento nunca llegó. Hoy, el cerco de Washington lo coloca en una posición incómoda y revela que el blindaje presidencial se acabó.

 

Que la UIF congele cuentas de su familia es, en sí mismo, un golpe político: significa que ya no es intocable. Significa que el sistema mexicano, presionado por Estados Unidos, comienza a soltar lastre, incluso si se trata de un viejo operador del priismo reciclado en la “Cuarta Transformación”.

 

Un asunto de Estado

 

La exigencia de extradición de Bartlett será, tarde o temprano, una prueba de fuego para Sheinbaum. Con Caro Quintero ya tras las rejas en EU, Bartlett es la pieza que falta en el tablero. Si la presidenta cede, confirmará que Washington dicta parte de la agenda de justicia en México. Si lo protege, pagará el costo político de cargar con un personaje que, para la DEA, simboliza la corrupción y complicidad del Estado mexicano con el narcotráfico.

 

A 40 años del asesinato de Kiki Camarena, el fantasma de aquel crimen sigue marcando la relación bilateral. Hoy Bartlett, el mismo hombre que en los años ochentas controlaba Gobernación y que en el gobierno de AMLO reapareció como pieza central de la CFE, podría enfrentar su capítulo más oscuro.

 

El mensaje es claro: el tiempo de la impunidad eterna se acaba, incluso para quienes parecían indestructibles.

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