DIRECTOR DE LA JUNTA DE CAMINOS DEL EDOMEX BAJO
LA LUPA POR POSIBLE CORRUPCIÓN
*Millones desviados, nepotismo descarado… y Delfina Gómez en
silencio
Toluca, Estado de México, agosto de 2025.— El director de la
Junta de Caminos del Estado de México (JCEM), Mario Ariel Juárez Rodríguez, está
en el centro de un escándalo que mezcla nepotismo, corrupción y presunto
enriquecimiento ilícito, según reveló El Financiero en julio pasado.
Una investigación del Órgano Interno de Control detectó que hasta
1,000 millones de pesos destinados a bacheo y mantenimiento habrían sido
entregados a empresas sin infraestructura real, bajo adjudicaciones directas o
licitaciones restringidas. Varias de ellas comparten representantes legales o
domicilios fiscales, lo que apunta a una simulación para desviar recursos.
El funcionario también es acusado de colocar a familiares en
puestos clave: su pareja, María Teresa Ruiz Pérez, como Subdirectora de
Administración, y su cuñado, Walter Ruiz Pérez, como responsable jurídico.
Ambos controlan áreas críticas como pagos, recursos humanos y contratos.
A ello se suma su presunto lujo no declarado: camionetas GMC y
Ford Lobo Raptor valuadas en más de 2 millones de pesos, y la adquisición
reciente de un Porsche. Ninguno de estos bienes aparece en su declaración
patrimonial, protegida bajo un candado de opacidad en la Plataforma Nacional de
Transparencia.
Pero lo más grave no es solo lo que ocurre dentro de la Junta
de Caminos. Lo verdaderamente alarmante es que la gobernadora Delfina Gómez
Álvarez guarda un silencio absoluto. No hay postura oficial, no hay apertura de
investigaciones públicas, no hay sanciones. El mutismo del gobierno estatal se
convierte así en un mensaje claro: la corrupción se tolera mientras sea de los
cercanos.
En un Estado de México donde las carreteras siguen llenas de
baches y los caminos se deterioran día con día, este silencio no solo es
cómplice: es un aval político para que la impunidad siga pavimentando las rutas
de siempre.
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