HACIA EL ESTADO POLICIACO
*Morena poco a poco lleva al país en camino a un régimen autoritario.
Ojo, porque si la sociedad no frena el deseo perverso del partido gobernante de
perpetuarse en el poder, quizás nunca más seremos libres
Ciudad de México, 24 de junio de 2025.- El paquete de reformas
del periodo ordinario de sesiones no hace sino confirmar el nuevo Estado
policiaco que se quiere imponer desde el oficialismo y, más allá del desaseo
legislativo, debemos preocuparnos por la mayor censura, control sobre los
ciudadanos, discrecionalidad de las autoridades y militarización desmedida. Ese
no fue el mandato de las urnas.
El Senado de la República arrancó el día de ayer
un período extraordinario de sesiones con una abultada agenda de 16
reformas en diversas materias. Llaman la atención al menos tres asuntos. El
cambio registral, el incremento de la discrecionalidad y la confirmación de la
militarización. Veamos.
En tres de las iniciativas (Ley para eliminar trámites
burocráticos, Ley Federal de Telecomunicaciones y Ley de Desaparición forzada)
se contempla la creación de bases de datos biométricos de los ciudadanos.
No sólo se invade la privacidad de las personas, se cambia radicalmente el
modelo registral que nos habíamos dado.
La credencial para votar con fotografía que expide el INE es,
por la vía de los hechos, nuestra cédula de identidad, y se ha ido modernizando
hasta ser uno de los documentos de identidad más seguros y confiables del
mundo. La convivencia de la credencial con una nueva CURP con biométricos
va a generar una paulatina desactualización del padrón electoral.
El incentivo para obtener la credencial del INE, hay que
decirlo, no es para participar electoralmente, sino contar con un instrumento
de identidad, y la manera en que el padrón se mantiene actualizado es porque se
trata de un documento que tiene vigencia, que hay que renovarlo periódicamente
y cada vez hay que ofrecer los datos actualizados. La CURP no se actualiza.
Con la nueva CURP, muchos ciudadanos dejarán de interesarse en
la credencial del INE, y la autoridad electoral tendrá registros cada vez más
desactualizados: habrá más ciudadanos que electores registrados. Los efectos en
la logística electoral no serán menores.
La Ley de Telecomunicaciones y la que pretende fortalecer la
lucha contra el lavado de dinero incrementan la discrecionalidad de las
autoridades, sin que exista un contrapeso que controle su accionar, de
modo que la autoridad podrá solicitar información sobre ciudadanos susceptibles
de ser investigados. La prevención como coartada para vulnerar derechos
ciudadanos. Además de los elementos de censura que contiene la Ley de
Telecomunicaciones. Huelen mal las cosas.
Finalmente, las reformas al Sistema Nacional de
Investigación e Inteligencia y a la Guardia Nacional confirman la
militarización de la seguridad y la desaparición de la pretensión de darle una
mirada ciudadana a la inteligencia. El paquete de reformas no hace sino
confirmar el nuevo Estado policiaco que se quiere imponer desde el oficialismo
y, más allá del desaseo legislativo que hemos visto y veremos, creo que debemos
preocuparnos por la mayor censura, el mayor control sobre los ciudadanos, la
mayor discrecionalidad de las autoridades y la militarización desmedida. Ese no
fue el mandato de las urnas.
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